Nunca tuvo tantas libertades

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Lionel Messi fue otra vez figura mundial. Su enorme actuación contra Ecuador en la última fecha de Eliminatorias lo devolvió a la primera plana de la prensa deportiva del planeta. No hubo una persona que no se pusiera de rodillas luego de sus tres goles.

Ahora bien, ¿por qué jugó tan bien Leo? Como primera medida porque es un crack que lo viene demostrando hace más de una década en Barcelona.

Además, porque el martes Jorge Sampaoli supo encontrarle un socio ideal, uno que supiera devolverle la pelota en velocidad, que le cubriera sus espaldas y fuese un socio a la hora de atacar. Ese fue Enzo Pérez, el mendocino que brillara en el Estudiantes campeón de América con Alejandro Sabella, quien terminó ocupando el lugar que durante años se le asignó -sin éxito- a Fernando Gago, Ever Banega y Paulo Dybala. Sólo Pachorra, antes del mundial de Brasil 2014 le había dado esa chance.

Pero por sobre todas las cosas Lionel Messi pudo jugar como en España porque Ecuador se lo permitió. No hubo marca personal ni escalonada. Nadie lo encimó y casi que no le pegaron. Así, la Pulga se hizo fuerte como un tigre y apareció el capitán que necesitaba la Selección.

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