Video: un ladrón robó en un kiosco del barrio San Carlos y a las 8 horas volvió a hacer lo mismo

Ocurrió ayer en 149 entre 40 y 41. En ambos casos, el delincuente forzó el acceso al comercio y se llevó todo lo que tuvo a su alcance

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Dos veces en un rato, un mismo ladrón entró a robar en un kiosco de su barrio. Como siempre, el trastorno es para los dueños del negocio, que deben lidiar con los arreglos y las pérdidas. Aunque lo peor es que vieron cómo el delincuente se escapó corriendo a un baldío cercano y de la Policía sólo obtuvieron una invitación a hacer la denuncia.

En 149 entre 40 y 41, a las 6 de la mañana, el intruso dio su primer golpe. Destruyó la cerradura de una reja y después siguió con la puerta de chapa del local, que quedó doblada por una palanca.

Era poquísimo lo que podía llegar a robarse. Apenas, una balanza. Ese fue todo su botín, con el que se escapó corriendo. Los dueños se dieron cuenta, pero no alcanzaron a atraparlo.

Ese primer robo fue avisado al 911, pero no hubo nadie detenido. Todavía estaban masticando la bronca en ese kiosco modesto, cuando se produjo el segundo ataque.

Ocho horas después de la primera vez, el mismo delincuente volvió a forzar el acceso. Entró y se llevó la poca plata que había en la caja, más algunos paquetes de cigarrillos.

Antes de irrumpir, dejó tirada una bolsa con el pegamento que había estado inhalando. La evidencia quedó en la vereda, justo adelante del humilde comercio.

“Esta vez lo vi, lo corrí y lo agarré. Pero se me escapó”, se lamentó la mujer que atiende ese almacén.

El ladrón, entonces, pudo escabullirse de la comerciante para salir al trote. Cruzó la avenida 149 y se internó en un terreno baldío, que tiene el alambrado perimetral desvencijado.

“Es un lugar donde antes había una calle y lo cerraron. No se mete nadie, ni siquiera la policía, cuando le dijimos que ahí se había escondido el chorro”, se lamentó Alfredo, dueño del kiosco.

Otra vez la Policía regresó a la escena pero no dio con el delincuente. “Lo único que me dijeron fue que hiciera la denuncia en la comisaría de La Unión”, se quejó el hombre, que criticó duramente los métodos de trabajo de esa fuerza de seguridad.

El resultado volvió a ser que el ladrón quedó prófugo.

“cansado, amargado”

“Estoy cansado, amargado. Me dejaron en la ruina”, sostuvo Alfredo sobre este doble robo, al que se le suman los gastos por las roturas.

El delincuente protagonista es conocido en el barrio. “Viene siempre a pedir pero esta vez no le quisimos dar plata ni vino. Tiene 26 años. Un día viene como si nada y al otro, si está drogado, te entra a robar”, afirmó su mujer.

Los comerciantes protestaron además por la falta de patrullajes general de todo el barrio. Apuntaron que, yendo hacia el puente de calle 50, “después de las 7 de la tarde no podés pasar porque directamente te roban”.

 

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