Los niños, víctimas de un nuevo mal

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Quienes trabajan con la problemática de los trastornos alimentarios aseguran que en los últimos tiempos se detectó un nuevo problema, denominado “síndrome de especialización en la comida”, en chicos de entre dos y tres años que sólo aceptan un pequeño grupo de alimentos y rechazan otros.

Si bien se trata de una patología novedosa, que al decir de los especialistas requiere ser estudiada en profundidad, se la relaciona con dificultades de adaptación del niño que la padece, lo que alimenta la idea de que esos chicos sean especialmente vulnerables a otros trastornos, como la bulimia y la anorexia en un futuro.

Para Mabel Bello, fundadora de Aluba, los problemas de comunicación y de relación están en la raíz de todos los trastornos alimentarios. La especialista pone el acento en los cambios culturales que favorecen esta situación, tales como el creciente individualismo, los modelos estéticos que aparecen en los medios, el culto a lo efímero y la búsqueda del placer inmediato. Para Bello, en las patologías alimentarias “siempre existe un patrón social de mala comunicación: quien se comunica mal con la comida también se comunica mal socialmente. Es decir que es una persona a la que le cuesta vincularse socialmente y que antepone las reglas a los objetivos, porque de esa manera siente que controla una situación, a pesar de que tiene mucho miedo, y que no se puede desempeñar con fluidez. Entonces, esta patología alimentaria se transforma en una manera de esconder dificultades sociales y de adaptación. Estas personas piensan más de lo que sienten, y son esclavas de sus propias organizaciones, porque es su manera de sentir que tienen control sobre algo”.

 

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