Inspectores boludos y patoteros con chapa
Edición Impresa | 27 de Diciembre de 2017 | 04:48

Por ALEJANDRO CASTAÑEDA
afcastab@gmail.com
El director técnico de la Selección nacional, Jorge Sampaoli, emitió un comunicado oficial en la página de la AFA en el que pidió disculpas a “la sociedad” por el incidente de tránsito que protagonizó el fin de semana en la ciudad santafesina de Casilda.
“Me siento totalmente arrepentido de lo ocurrido en la madrugada del 24 de diciembre, a la salida del casamiento de mi hija en Casilda. El enojo, en una discusión en la que yo no tenía razón, me hizo decir palabras que no representan en absoluto ni mis convicciones ni mis creencias”, dijo el técnico albiceleste.
Las creencias sobre los inspectores de tránsito son difíciles de definir. Sampaoli sabe que lo mejor es retroceder en bloque cuando hay peligro de goleada. Lo aprendió en la cancha y lo practica en el día a día. El DT de la Selección se la agarró con un inspector de Tránsito de Casilda que había advertido que no se puede circular un auto con ocho personas en su interior. Y Sampaoli, excedido de brindis y dueño de un cachet que supera a lo que gana toda la dotación de inspectores de Casilda, le tiró encima su patoterismo, su salario y sus copas. Las que ganó en las canchas y las otras. Un desliz grave para un deportista que debería dar el ejemplo. Sus expresiones son lamentables: “Me hacés caminar dos cuadras, boludo… cobras 100 pesos por mes, gil”.
Este triste episodio es una remake del que protagonizó en octubre del 2013 el legislador nacional Juan Cabandie. La escena es parecida: una inspectora de Tránsito de la Municipalidad de Lomas de Zamora le pidió el comprobante de seguro al auto que conducía Cabandie. A los legisladores no les gusta que le pidan comprobantes. Y lo que hizo Cabandie fue: primero, tratar de “boluda” a la inspectora y luego llamar al intendente para que “reubicara a esta desubicadita”. Cuando la agente le preguntó por qué la insultó, Cabandie dio una explicación que merece figurar en el libro de las excusas absurdas: “la culpa es tuya porque la escuchaste”.
Sampaoli rearmó la defensa a tiempo. Cuando el suceso trascendió, tiró el equipo para atrás para evitar la goleada y salió en busca de un perdón nacional que lo aliviara de semejante exabrupto. La boluda de Lomas de Zamora y el boludo de Casilda dejaron ver que los tipos que deben dar el ejemplo son, con frecuencia, los más ventajeros y prepotentes. Sampaoli tiene una tendencia a la sobreactuación. Prometió ir primero a la Municipalidad y luego a la casa del boludo a pedirle perdón. Es de esperar que no se exceda en su arrepentimiento. ¿Se viene un partido homenaje para desagraviar al gil que gana 100 pesos? No es fácil ser inspector y boludo.
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