Cae en El Retiro un joven buscado por un doble homicidio en Olmos

Creen que integraba una banda que desalojaba a familias y las extorsionaba para irse de su casa

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Le dicen “soplabolsa”, tiene 20 años y aunque lo buscaban desde el 8 de marzo de 2016 por un robo agravado, cayó ayer sospechado de participar en un doble crimen ocurrido a fines de febrero en la localidad de Olmos. Antes de ser alojado en la DDI (como paso previo a su indagatoria), tuvo que hacer una escala en el hospital: es que intentando escapar se cayó de un techo y se quebró la mano, confirmó la policía. Por los asesinatos de Aurelio Brizuela Ibáñez (26) y Héctor Sánchez (42) hay otros dos imputados que permanecen prófugos.

Por lo que figura en la causa, el joven detenido ayer, oficialmente identificado como Marcos Nahuel Alegre (20), habría integrado una organización que “extorsionaba a los ocupantes de casillas precarias ubicadas en terrenos usurpados en la zona de Olmos, a quienes desalojaban mediante el uso de armas de fuego, para luego pedirles dinero a cambio de restituirles las mismas casillas”, dijo un investigador.

Esta maniobra se fue repitiendo en el tiempo y en la zona. Lo único que cambiaban eran las víctimas, la mayoría de ellas de nacionalidad boliviana y paraguaya. Hartos de vivir con miedo, los vecinos decidieron un buen día organizarse en una asamblea para denunciar la extorsión y enfrentar a los responsables, sin imaginar el costo que pagarían por defender lo suyo.

una lluvia de balas

El viernes 24 de febrero los vecinos se reunieron en 36 y 182, resueltos a montar guardia para evitar nuevos desalojos o amenazas. En eso estaban a las 23.30 de aquel día, cuando llegó un automóvil Ford Escort con al menos 3 hombres que abrieron fuego al grupo, a quemarropa.

Los testigos hablaron de “entre 30 y 40 disparos”. Los peritos establecieron que la banda usó revólveres del calibre 38. Las autopsias revelaron que Ibáñez murió de un tiro que le atravesó el pecho, mientras que Sánchez falleció de un disparo en la cabeza.

En la balacera resultó herido Nelson Espíndola, un boliviano de 34 años que fue trasladado al hospital San Juan de Dios con un tiro en el brazo derecho, fuera de peligro.

Horas después del doble crimen otro asesinato sacudió al barrio, y aunque el móvil tendría con el mismo conflicto, los pesquisas apuntan a otra banda (ver aparte).

De la investigación se hizo cargo el gabinete de Homicidios de la DDI, a cuyos hombres les llegó el dato de que el sospechoso podía estar escondido en 149 entre 46 y 47. Bajo la instrucción del fiscal Alvaro Garganta y el aval del juez Juan Pablo Masi, grupos operativos se apostaron en esa zona de manera encubierta, con el apoyo de personal de comisarías del distrito Oeste. Cerca de las tres de la tarde lo vieron salir y, al escuchar la voz de “alto”, el acusado “comenzó a correr por diversas casas de la manzana, ganando los techos en un intento desesperado de huir”, dijo un jefe policial. Después de cerrar todas las salidas de la manzana y, con el permiso de los vecinos, los detectives fueron ingresando casa por casa.

En eso estaban cuando, en plena fuga, el joven buscado perdió el equilibrio y cayó de un techo, sufriendo la fractura de una mano.

No es ése su mayor problema en estas horas, sino la imputación por “doble homicidio”.

 

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