Varios países se sumaron al repudio por la situación en Venezuela

Brasil acusó hoy al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Venezuela de haber realizado "un claro rompimiento del orden constitucional" en el país por haber retirado las prerrogativas de la Asamblea Nacional, el parlamento venezolano. 

En un comunicado, la cancillería brasileña alertó que la decisión "alimenta el radicalismo político" en Venezuela y expresó que el gobierno ve “con gran preocupación la sentencia del tribunal que suspendió arbitrariamente las inmunidades de los parlamentarios venezolanos".

"Reiteramos que el diálogo efectivo y de buena fe constituye la solución más adecuada para la restauración de la normalidad institucional de Venezuela. La responsabilidad primaria de invertir el rumbo le cabe al gobierno", agregó el comunicado del gobierno de Michel Temer.

Por otro lado, el Gobierno de Perú anunció hoy el retiro definitivo de su embajador en Venezuela, Mario López Chávarry, “frente a la gravedad de estos hechos”.

A través de un comunicado emitido por el Ministerio de Relaciones Exteriores peruano, expresó que la decisión del Tribunal Supremo venezolano es una "arbitraria medida que violenta el Estado de Derecho y constituye una ruptura del orden constitucional y democrático en la República Bolivariana de Venezuela". 

La presidenta del Congreso de Perú, Luz Salgado, pidió al Gobierno del mandatario venezolano, Nicolás Maduro, no detener a los parlamentarios opositores y lamentó que, sistemáticamente, el Gobierno de Maduro venga agrediendo a la Asamblea Nacional (Parlamento) venezolana. 

El Gobierno de Estados Unidos, por su parte, expresó en una nota oficial: "Esta ruptura de las normas democráticas y constitucionales daña en gran medida las instituciones democráticas de Venezuela y niega al pueblo venezolano el derecho de moldear el futuro de su país a través de sus representantes electos. Lo consideramos un grave revés para la democracia en Venezuela".

En representación de México, el canciller Luis Videgaray, aseguró hoy que su Gobierno está preocupado por lo que considera un "deterioro del orden democrático" en Venezuela.

En tanto Panamá hizo un llamado "al respeto del orden constitucional, el respeto a la separación de poderes y los principios de la democracia, y que se den las garantías para la celebración de elecciones democráticas".