Viva la Pepa

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Tal vez, habría que hacer la prueba y desafiar al Guinness de los récords. Uno sospecha, a lo mejor empíricamente, que entre estas diagonales por las que transitamos la vida, esté oculta -o no tanto- una marca mundial: la del promedio por cuadra de estacionamiento de autos en doble fila.

La cuestión es ya tan naturalizada que hace poco una ofuscada conductora se quejaba por la multa que le habían aplicado por estacionar en doble fila. “Pero si yo me bajé del auto y dejé las balizas encendidas, agente”, esgrimía como débil excusa.

Hay calles y cuadras emblemáticas en las que lo raro es encontrar un sitio para estacionar, en la doble fila, claro está. Ni hablar de aquellas en las que hay escuelas, oficinas públicas, clínicas o sanatorios. Ahí tal vez, hasta se podría aspirar al récord intergaláctico.

Las 1.200 multas mensuales que se dicen labrar, obviamente, no parecen hacer mella entre los infractores. Y lo increíble del caso es que ningún gobierno comunal le ecuentre -o quiera encontrarle- solución a este doméstico asuntito.

No se percibe en las zonas conflictivas presencia de agentes de tránsito empeñados en descongestionar las calles. No se ve en la gestión municipal ninguna idea o proyecto para avanzar hacia un tránsito más ordenado o civilizado. Y mientras esto no ocurra, las calles seguirán siendo un lamentable “viva la Pepa”.

 

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