Degolló a la mujer frente a su hijo, se acostó a dormir y al otro día confesó

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“¡Me mata, me mata!”. El estremecedor pedido de ayuda de una mujer se escucha entre gritos desesperados, pero ella no llega a dar su nombre ni su ubicación. La voz en el audio del llamado al 911 es la de Alejandra Marcela Polizzi (48 años), poco antes de ser asesinada por su esposo, Gustavo Javier Flores (38), delante de su hijo de 8 años en Castelar.

La policía recibió ese llamado el miércoles a la noche, aunque no pudieron identificar a la persona que pedía auxilio. Recién ayer a la mañana fue el propio Flores quien confesó el crimen, llamando también a la policía. “

Mi mujer fue asesinada”, dijo, y al ser consultado por la agente del 911 sobre quién había sido el autor del crimen, respondió: “Yo”.

Efectivos de la comisaría 3ra. de Morón arribaron al lugar, donde Flores los recibió y confesó que había asesinado a la mujer. Ingresaron en la casa, vieron que estaba el niño sentado en un sillón y encontraron el cuerpo de Polizzi tirado en uno de los ambientes.

A simple vista, la mujer había muerto a raíz de una puñalada en el lado izquierdo del cuello.

En base al relato de testigos y de familiares, los investigadores determinaron que Polizzi y Flores convivían desde hacía más de diez años y que tenían un hijo en común, el niño que presenció el crimen de su madre.

Lo llamativo para los pesquisas es que todos los familiares relataron que nunca habían escuchado que hubiera problemas en la pareja y que no existieron episodios previos de violencia de género ni denuncias policiales ni judiciales.

La fiscal de Violencia de Genero del departamento judicial de Morón, Marcela D’asensao, esperaba el resultado de peritajes para, luego, tomar declaración indagatoria a Flores, a quien acusará del delito de “homicidio calificado por mediar violencia de género”.

 

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