Otra estimulante iniciativa de jóvenes alumnos secundarios de la Región

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Hace más de tres años se calificaba en esta columna como muy valiosa una iniciativa científica y técnica de jóvenes estudiantes locales que habían creado un sistema ecológico que permitía dar calefacción a escuelas con energía solar y agua, mediante un sistema que no demandaba ningún mantenimiento, que no originaba contaminación y cuyo costo fue cero, tal como se informaba entonces. Se elogiaba allí, en suma, la exitosa y desinteresada empresa conjunta que habían impulsado alumnos de la Escuela Técnica Nº 3 de Los Hornos junto con estudiantes del Colegio Nacional.

Ahora, tal como se informó en este diario, alumnos de la misma escuela industrial de Los Hornos acaban de iniciar la construcción de un salón laboratorio que contará con agua caliente, climatización y luz, con el 100 por ciento de la energía aportada por el sol. En esa aula enteramente abastecida por energía solar, funcionará el nuevo laboratorio de Construcciones de la institución educativa de Los Hornos.

Cabría poner de relieve, como contexto, que el calefón solar creado hace tres años brinda agua cliente y calefacción central en algunas escuelas rurales de Ranchos. A fines del año pasado estaba todo listo para que ese sistema se instalara en el complejo educativo formado por la Primaria 20, el Jardín 915 y la Secundaria 7 de Berisso, en Ruta 11 Km 13. Pero el ambicioso proyecto, en el cual los chicos del industrial trabajaron todo el año, quedó en la nada por razones que, en la institución de 63 y 139, aún esperan que el Municipio les explique.

Pese a ello, los chicos no bajaron los brazos. Muy pronto el calefón solar alimentará al histórico laboratorio de Química del Colegio Nacional de 1 y 49. En un plazo mayor, claro, en el predio del propio industrial de Los Hornos el agua caliente, la climatización del ambiente y la luz eléctrica estarán a cargo exclusivamente de los rayos solares, según anunciaron los jóvenes alumnos del 5to. año 4ta. división, con inocultable entusiasmo y orgullo.

Construido con paredes que tendrán un grosor de veinte centímetros, hechas con una espuma rígida con gran poder de aislación térmica, el laboratorio tendrá 8 metros de largo, por 5,50 de ancho y 3 de alto. El especial material de las paredes ayudará a generar un ambiente neutro, evitándose ganancias o pérdidas de calor y frío. Una pantalla solar -con paneles también fabricados por los chicos- captará los rayos que calentarán, mediante el calefón solar, el agua para utilizar en los trabajos de laboratorio y para alimentar los radiadores.

Esta experiencia deja en claro que existe un extraordinario potencial entre los jóvenes, que, como dijimos, sólo necesita ser promovido, evaluado y orientado por educadores inteligentes y sensibles. Se trata de una capacidad de la cual se pueden esperar frutos de orden individual y colectivo, no sólo mediante este tipo de iniciativas sino también a través de otros instrumentos susceptibles de facilitar el desenvolvimiento de preocupaciones tan loables.

En algunos supuestos, efectivamente, la importancia de las propuestas puede requerir recursos materiales, a veces no fáciles de conseguir y que bien podrían apoyarse mediante subsidios oficiales, becas o contribuciones del sector privado. Lo fundamental, en todo caso, es abrir este campo y brindar a los chicos que demuestran intereses de esta índole todas las posibilidades para su progreso y la exteriorización del espíritu creativo.

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