"Siempre que filmás algo no estás mostrando la verdad"

El niño terrible del cine escandinavo pasó por Buenos Aires para presentar su primer largometraje, “The Giant”, un cuento de hadas entre el “cine deportivo cursi” y el western

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El presentador de la función de “The Giant”, primer largometraje del cineasta, animador y artista Johannes Nyholm, advierte que lo que se está por proyectar nada tiene que ver con la escena cinematográfica europea actual, a la que, quizás por algunos excesos del cine realista dramático y solemne en los últimos años, califica de “anquilosada”.

Y el presentador acierta: el público apenas sospecha que está a punto de ver un melancólico cuento de hadas que se mueve entre el western, el documental y “Karate Kid”, financiada a través de Kickstarter, sobre un hombre con discapacidad relacionado de una manera difusa con un gigante, que quiere ser campeón nórdico de bochas (“petanque” en su acepción sueca) y sueña con reencontrarse con su madre, encerrada en un psiquiátrico.

La propuesta de Nyholm, nacido en 1974 en Gotemburgo, es de alguna manera una culminación de un trabajo marcado por influencias y técnicas diversas e inclasificables: animador, realizador de videos musicales, artista y cineasta, Nyholm no se formó en una escuela de cine pero, afirma en diálogo con EL DIA, “en realidad aprendí haciendo. Mi escuela de cine fueron los videos musicales”, el oficio que inició su carrera.

Un destino que estaba marcado a fuego desde su más tierna infancia cuando, cuenta, “con mis hermanos grabábamos material de la televisión o de otros videos y le agregábamos música, haciendo unos videos musicales bien crudos”.

“No se cual es la esencia de lo que hago, solo intento juguetear y divertirme con lo que hago. Y lo que sale... no considero mi misión desentrañarlo”, dice a quienes piden una etiqueta para explicar de qué se trata su escaso pero muy diverso trabajo, compuesto de un cuerpo de cortos que juguetean con varias técnicas de la animación y que se verán en el BAFICI, sus videos musicales y, ahora, “The Giant”.

Y, presionado, explica que “supongo que me considero un artista en general, porque me aburro y me frustro rápido con lo que estoy haciendo, así que intento encontrar nuevas cosas para experimentar todo el tiempo”.

Ahora, de hecho, Nyholm se encuentra desarrollando un videojuego de realidad virtual, mientras prepara su segundo largometraje, apenas agotado por lo que significó un enorme salto en la forma de trabajar en “The Giant”: “Usualmente trabajo con equipos chicos, así que fue un poco frustrante trabajar en un equipo tan grande, porque tenía ideas muy claras de lo que quería, pero las explicaba y cuando me mostraban los resultados era como si los hubiera hecho mi hijo de siete años”, cuenta entre risas sobre su primera experiencia en el largometraje.

DOCUMENTAR LA REALIDAD

Algo de este costado “cascarrabias” mostró Nyholm en el falso documental que puede verse por YouTube, “Puppetboy”, preparado para el estreno de sus cortos del personaje del mismo nombre en el Festival de Cannes, y donde el cineasta juega a ponerse en el personaje del “artista extravagante”, llegando a construir un traje tamaño real de Puppetboy, y revelando de paso en tono paródico su frustración con los periodistas y sus preguntas.

Nyholm se excusa, risueño y algo incómodo, diciendo que “esa es sólo una versión de sí mismo”, y explica que su intención era, justamente, jugar con los límites del cine documental, naturalizado como “verdad”.

“Siempre que filmás algo no estás mostrando la verdad, aunque hagas un documental. Yo quiero mostrar que la historia que cuento no es verdad, pero podría serlo, podría estar escondiendo una verdad más profunda que la de un documental... y en definitiva nada es verdad, pero si continuás contando estos aspectos paralelos y diferentes de las historias, quizás podemos acercarnos a lo que sea que es la verdad”, opina.

En “The Giant” esta obsesión vuelve a aflorar: las escenas filmadas en el centro de día donde vive Rikard, el protagonista, son filmadas de manera documental, rodeando al personaje de actores no profesionales, chicos con discapacidad que colaboran a crear un anclaje poderoso de la fantástica cinta en la realidad.

Pero allí, explica Nyholm, reside uno de sus artilugios preferidos: “Me gusta que la gente se sienta atrapada por mis películas, engañarlos a sentirse cómodos: suelo usar climas y espacios realistas para mostrar un espacio familiar, para que el público se pueda identificar, y lentamente voy cambiando la concepción de la realidad hasta que hago terminar a la audiencia en una situación extrema, surreal”, explica el cineasta.

La estrategia emerge en “The Giant” hacia el final: luego de pasar una hora y media con actores no profesionales (“muchos fueron mis compañeros cuando jugaba a las bochas”, revela) y con la cámara apenas interrumpiendo un registro documental para juguetear con el western y “el cine deportivo cursi” que Nyholm acepta, con culpa, amar, irrumpe en el tercer acto el gigante titular.

Su aparición, preanunciada en pequeñas escenas, representa la irrupción del reino de fantasías en la terrible realidad, pero también lo inexorable de lo terrenal.

“Escapar a la fantasía es lo que hacen los humanos desde que comenzaron a pensar. Siempre usamos las historias para dar otra perspectiva posible y poder lidiar con la vida”, explica el sueco, quien permite a su protagonista trágico un escape final que resulta agridulce porque, sospechamos, sólo es posible en un cuento de hadas.

PARA AGENDAR

“The Giant”

Mañana a las 15.15 en el Village Caballito

Programa de Cortos de Johannes Nyholm

Mañana a las 13 y el domingo a las 22.40 en el Village Recoleta

Algunos de sus cortos y videos musicales pueden verse en su página: http://www.johannesnyholm.se

 

 

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