Los menores que “juegan” al delito cada vez más chicos

En La Plata hay al menos una banda. Ninguno tiene más de 8 años. El rol de la familia y el Estado

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Unos 200 chicos de menos de 18 años están hoy en situación de riesgo en la ciudad y los alrededores, según cifras de la dirección municipal de Niñez. Nacidos y criados en distintos contextos de violencia, de esa cifra emerge un grupo muchísimo menor, pero también más visible: la de los nenes y adolescentes que salen a robar. Son una “bandita” y la integran pibes de entre 7 y 12 años. De base son tres, pero también suelen verse algunos más con ellos. Hoy por hoy, se destacan por haber cometido por lo menos tres robos en diez días.

¿Roban por hambre? Por lo general no, según coinciden expertos en trabajar con menores y funcionarios judiciales de ese ámbito. Lo suyo más bien pasa por una cuestión intrínseca a su edad. “El comportamiento de los más chicos tiene que ver con querer sacarle algo a otro. Es una conducta infantil, casi de juego. Claro que peligrosa, hacia ellos y los demás”, analiza la titular de Niñez comunal, Rita Figliozzi.

La sorpresa fue común a los que los vieron aparecer por primera vez en la puerta del negocio donde trabajan. Tal vez el caso que más resaltó fue el que se dio en una librería de 520 entre 141 y 142 de La Granja. Los responsables fueron dos chicos y ninguno pareció tener más de ocho años. De hecho, el que se llevó los billetes de la caja aparenta tener, como mucho, seis.

También llamativo en aquel caso fue que actuaron delante de la empleada y no esgrimieron un arma. Sólo mostraron la jactancia de moverse impunemente por el local, mientras la desafiaban: “Dale, llamá a la policía”. Se llevaron alrededor de 900 pesos y cuentan en el barrio que hay otros comerciantes que “vieron a estos chicos y también les tienen miedo”.

A esos mismos menores les achacan otros casos cometidos a metros de la Gobernación. Uno fue en un local de ropa de 5 y 51 (ver Recuadro). Enfrente, sobre la avenida, también hubo otro la semana pasada, que fue aún más violento. Para la chica que atendía un local de decoración, los tres nenes aparentaban edades menores a las que reconocen oficialmente: cinco, ocho y 14 años. Los tres ingresaron y dieron vueltas, para después pasar a “agredir y escupir”. “Siempre se meten donde ven mujeres solas. La vez pasada tiraron piedras al frente del local. Tenemos que trabajar con miedo. Es probable que entre varios negocios le paguemos a un custodio privado para que los saque, porque andan siempre por acá como si nada”, se quejaron en ese comercio.

¿Se trata de chicos sin casa? Por lo general no. “Ellos tienen un domicilio pero es un lugar que no los aloja. Están expulsados de ahí por motivos familiares. Tienen una historia detrás en la que no fueron contenidos ni recibieron afecto de sus padres. Y eso se hace una cadena”, opina Figliozzi.

“No roban para comer”, insiste la directora de Niñez, sino que “lo que consiguen se lo gastan en ropa o en algún accesorio para una bicicleta. A su casa no llevan ni un centavo”. En esa visión coincide Juan Benavides, fiscal de Menores, encargado de dejar constancia durante su turno cuáles y cuántas causas penales se abrieron en la Región.

Algo parecido es lo que pasa con los chicos que piden en los semáforos. “Hay familias enteras que viven de eso, y, como crecieron viéndolo, creen que esa es la manera de vivir. En un caso particular de Tolosa, es un grupo que tiene su casa muy cerca. Ya aprendieron a detectar que cuando viene un equipo a verlos, disimulan que están haciendo otra cosa como jugar al fútbol”, aseguró la funcionaria.

La “bandita” de nenes que pulula por La Plata también fue vista, por ejemplo, en Quilmes. Su origen está en el barrio El Mercadito de Tolosa, pero casi nunca regresan. El sitio donde más suelen andar es la Plaza Matheu de 1 y 66. Son todos primos entre sí, según cuentan las fuentes.

La posibilidad de que alguno de ellos tome una actitud agresiva y llegue a lastimar a alguien preocupa a muchos. “Suele pasar que, en reuniones contra la inseguridad en barrios, la gente pida acciones de corto plazo. Aunque este problema se soluciona, por lo menos, en el mediano plazo, pero nadie parece querer comprometerse. El sistema los tiene que acompañar para que no vuelvan a hacer lo mismo. La responsabilidad, en definitiva, es de todos como sociedad”, opinó el policía Juan Claure, jefe de la comisaría de City Bell.

Sin familia, hogar ni escuela, estos chicos viven a la deriva. Parece demasiado pedir que tengan una actitud distinta cuando, en lugar de jugar a la pelota, la vida les pone un arma de juguete -o de verdad- en la mano.

 

Matar y morir
El miércoles a la noche, un nene de 3 años fue asesinado en un asalto, en Lomas de Zamora. Por el caso fue detenido un menor de 16.

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