Gritó por ayuda en medio de un asalto y le pegaron un culatazo
Edición Impresa | 13 de Junio de 2017 | 02:10

Ayer a la tarde, dos delincuentes sorprendieron a una mujer en su casa de 56 entre 28 y 29, y la golpearon para sacarle lo poco que tenía. De ahí se escaparon corriendo, después de abandonar el auto robado en el que habían llegado. La sospecha sería que lo sustrajeron un rato antes, en el medio de un raíd. Pero no, era un vehículo denunciado en noviembre del año pasado. Haya sido o no en La Plata, los ladrones tuvieron ese rodado todo el tiempo que pasó desde entonces.
Sin embargo, ayer tuvieron que abandonarlo cuando varios vecinos descubrieron lo que estaba pasando. La secuencia se inició cuando, cerca de las 14, los asaltantes vieron que una mujer estaba en el patio de su casa haciendo trabajos de mantenimiento.
Uno de los dos se bajó, saltó la reja y la amenazó con un revólver. Enfrente y a 20 metros, el cómplice controlaba que no hubiera testigos. En efecto, no los hubo durante los primeros minutos.
El delincuente que se metió en la casa empezó a reclamarle a la víctima plata y todos los elementos de valor que tuviera. “Estaba muy nervioso y me pedía que no lo mirara”, recordó Vilma Otero (58).
Fuentes policiales confirmaron que “no había pertenencias” que al ladrón pudieran interesarle: “Es una casa que está en refacción y desocupada”, describieron.
Así cobró sentido la confirmación que hizo Vilma respecto de que no revolvieron nada en el domicilio y que lo único que le robaron fueron los anillos que tenía puestos.
En un momento dado, cuando ya habían transcurrido unos cinco minutos, el delincuente “fue a abrirle la puerta al otro que estaba afuera”, señaló la mujer. Esa fue su oportunidad: volvió al patio y empezó a pedir auxilio a los gritos.
Enfurecido porque se les escabullía la oportunidad, uno de los intrusos corrió hasta donde estaba Vilma y le pegó un culatazo fuerte en la cabeza.
Después de eso, los dos decidieron irse. Para ese momento, ya había vecinos que oyeron los gritos de la mujer y se asomaron a la vereda. Ellos vieron cómo se escaparon hacia 28, donde doblaron para 57. Ya nadie más les siguió el rastro. En el camino, descartaron un revólver plateado calibre 38.
La Policía llegó a trabajar para darle asistencia a la mujer y para resguardar la escena. Además de incautar el arma de fuego, hicieron lo mismo con el Fod Focus blanco que abandonaron a metros de la casa de Vilma.
El auto que usaron “tenía las llaves puestas y en su interior había un celular”. Cada elemento hallado en ese habitáculo sirvió para la investigación. En las puertas y en otras partes se buscaron huellas para poder identificarlos.
Por el momento no se informó que hayan sido individualizados. Sólo se dio el dato de cuándo denunciaron su robo, el 4 de noviembre de 2016 en una comisaría de Ituzaingó, en el oeste del conurbano.
Resta saber si el par de ladrones formaba parte de una banda mayor, y si se dedicó a cometer robos en la Región. Lo común suele ser que un auto, en vez de ser usado a lo largo de siete meses con pedido de secuestro, sea abandonado o quemado.
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