¿Se vienen los bebés por catálogo?
Edición Impresa | 16 de Julio de 2017 | 02:00

Por IRENE BIANCHI
Mail irenebeatrizbianchi@hotmail.com
Twitter @irenebianchi
- Chicas, ¿estaremos frente a un nuevo “baby boom”?
- Y eso ¿qué es?
- ¿Cómo? ¿No te acordás, Delia? Después de la Segunda Guerra Mundial, entre 1946 y 1964, hubo un inusual repunte de natalidad en algunos países anglosajones. Y a los que nacieron en esa época se los llamó “baby boomers”.
- ¿Lo decís por el embarazo de la China y el chileno? ¿O el de Flor Peña?
- No, lo digo por los embarazos no tradicionales que se multiplican a diario. Los bebés que esperan Flavio Mendoza, Marley, y ahora Luly Salazar.
- ¿Bebés por encargo?
- Técnicamente, gestación por sustitución, o vientre subrogado.
- Otra variante es lo que hizo Juanita Repeto, que fue mamá sin pareja. Acudió a un banco de esperma y listo. Le dieron la semillita.
- A mí me parece perfecto. Avances de la ciencia, opciones impensadas hace décadas. Genial, por ejemplo, para las parejas del mismo sexo, o las mujeres que no pueden quedar, por una causa o por otra. Es la modernidad. Imparable.
- Todo bien, sí, pero hay cosas que me hacen ruido. Como eso de elegir color de ojos, de pelo, grupo sanguíneo, contextura física, actividad y aptitudes del donante, no sé, como elegir un producto en un catálogo. Un tupper baby. Medio mengeliana la cosa.
- Pero es lógico que alguien que quiera tener un hijo por esa vía, pretenda que se parezca lo más posible a su grupo familiar. ¿Qué tiene de malo?
- A Luli la sedujo la sonrisa del donante de esperma que eligió por foto: un pibe joven, fachero, jugador de fútbol americano. Y a la que va a llevar a Matilda en su panza, Luli la eligió porque se parece bastante a ella. Es una enfermera de Ohio, casada con un señor bastante mayor. Como el economista inexpresivo.
- No me cierra mucho la tapa de revista que hizo Luli Pop, casi en bolas, anunciando su maternidad, esperando a Matilda. Me hace acordar a Nazarena mostrando el trasero mientras se justificaba diciendo: “Lo hago por mis hijos”.
- Hablando de traseros, ¿vieron lo que hizo Germán Paoloski en su programa? Le mostró a Pico Mónaco cuatro colas …
- ¿Y un funeral?
- ¡No! Cuatro colas entangadas, todas retaguardias de sus ex, para que el tenista adivinara cuál era la de Pampita, su actual.
- ¿Y adivinó? Porque Pampita es de las que te hierven el conejo sin avisar. Ya lo demostró agarrando de las mechas a varias. Es de armas tomar la Ardohain.
- Sí, por suerte para él, adivinó. Pero me pareció de cuarta la propuesta del programa. Reducir a la mujer a un culo bonito es degradarla, convertirla en un objeto, en un cacho de carne. Mal ahí, Paoloski. Se me cayó un ídolo.
- Hablando de Pampita, ¿no la vieron descontrolada cuando apareció Cristian Castro en la pista del Bailando? Se le soltó la chaveta a la modelo de la eterna sonrisa dibujada.
- ¿Se descontroló por el playback alevoso del mejicano?
- ¡No! Ni se dio cuenta de eso. Estaba caliente como una pava. Excitadísima.
- Los que derraparon mal son los padres de algunas famosas pulposas. Es una larga lista. Desde el churrero Cirio, pasando por el impresentable Andrés Nara y ahora, como frutilla de la torta, el langa jovato papá de las Escudero. Uno más papelonero que el otro. Che, ¿hoy por qué brindamos?
- Porque sobrevivamos a las hordas de niños de las vacaciones. ¡Chin,chin!
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