Aproximación melancólica y fría de una poeta brillante y desgarrada

Edición Impresa

Por alejandro castañeda

El inglés Terence Davies retorna al universo femenino para trazar una biografía sobre la poeta Emily Dickinson, un alma atormentada que encontró en la poesía una fórmula de consuelo y rebeldía.

Davies acierta en el clima de este drama de época y en sus pincelazos sobre el puritanismo, la paternidad y el poder de la religión en un mundo que parecía condenar a las mujeres a la obediencia, a la angustia (como la madre de Emily) o la frustración. La suntuosa caligrafía de Davies recorre con más melancolía que emoción los datos salientes de una mujer que ya en la adolescencia acreditaba inteligencia, facilidad de palabras y coraje para ir sentando las bases de una vida que en la poesía alcanzaría su mejor (¿o única? expresión.

Su vida, a mediados del siglo XIX, ofrece un material rico para el pulso firme de Davies, que desde su trilogía inicial parece haber hundido su delicado bisturí en las cuatro paredes de esos hogares donde la represión, la dominación y los secretos llevaban a los hijos al callado sufrimiento o a la resignación más absoluta. Emily y sus hermanos (solo el varón tiene permitido a infidelidad) transitan por días dolorosos, repetidos, sin horizonte. Sienten, por encima de los buenos modales que muchas de sus ilusiones se marchitan a la par de esa madre sumisa que parece haberse refugiado en el silencio y la ausencia. La estructura teatral y el encierro es parte del distanciamiento que impone un film donde las palabras cuentan más que las imágenes. Y la esgrima verbal que lucen casi todos los personajes es parte esencial de un juego dramático que prefiere comportarse a la altura de sus personajes. Muchas de las mejores expresiones del film surgen de las intensas y bellas estrofas de esta mujer que en vida sólo pudo ver publicados seis de sus poemas. La posteridad al fin le hizo lugar a esa mujer que se creía fea y se sentía sola y ajena. A esa vida desgarrada, la falta de amor le dio la verdadera dimensión de su pena.

(***BUENA)

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE