Una condena y otros procesos

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Luiz Inácio Lula da Silva, que gobernó la hermana República de Brasil durante 8 años, hoy debe enfrentar una complicada situación judicial, precisamente por su gestión en sus administraciones que van del 1 de enero de 2003 hasta el 31 de diciembre de 2010. Ya tiene una condena -apelada- a 9 años y 6 meses de prisión tras ser señalado como culpable en la red corrupción que operó Petrobras. La sentencia fue dictada por el mismo magistrado que ayer lo indagó, Sergio Moro, de quien Lula se siente perseguido, como su amiga Cristina Kirchner en nuestro país, con el juez Claudio Bonadio. Otra similitud entre los ex presidentes es el deseo político de retornar al poder a pesar de las investigaciones en su contra.

Lula, además, tiene otros procesos en marcha: por lavado de dinero y tráfico de influencia en la compra de aviones de combate suecos; por compra de “silencio” a un ex directivo de la estatal Petrobras; y otros delitos con fondos del exterior que habrían favorecido a Odebrecht, la empresa que pagó coimas por obras públicas en varios países, entre ellos, la Argentina.

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