El desafío que genera el trabajo artificial

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Por HUGO MÁRSICO (*)

Transcurre un nuevo 2 de setiembre Día de la Industria. La fecha surgió en 1587 cuando se realizó la primera exportación argentina, oportunidad que partió la carabela San Antonio desde el Riachuelo de Buenos Aires rumbo a Brasil, con tejidos y sacos de harina producidas en Santiago de Estero, aunque también el embarque contenía de manera ilegal barras de plata que provenían de Potosí.

Resulta raro que la fecha haya surgido de una actividad que contenía un tinte no legal, eso no nos deja bien parados a los argentinos, pero es lo que hay y quizás se debería analizar su revisión por otra acorde al desarrollo industrial del país, pero eso es harina de otro costal.

Mucha agua corrió debajo del puente desde aquella fecha para la industria nacional -incipiente a principios del siglo XX, logrando un fuerte esplendor a mediados del mismo siglo- y también para el mundo –con la Revolución Industrial en el medio en el siglo XVIII-.

Desde hace un tiempo el avance de las nuevas tecnologías ponen en un gran desafío a la humanidad de cara al futuro al sistematizarse y robotizarse el trabajo, particularmente en la industria, marginando la mano de obra del hombre que se dignifica con el trabajo; ya la inteligencia artificial ha hecho desaparecer un sinnúmero de empleos y se prevé mucho más para los años venideros.

Hoy hay que prestar absoluta atención al avance esa inteligencia artificial y a los nuevos reacomodamientos que existen en los sistemas productivos y laborales internacionales, que impactan de lleno en la globalización intentando fortalecer procesos nacionales, como el que plantea Norteamérica.

En Argentina es imperioso que el Estado convoque a los sectores empresarios y del trabajo para que en una misma mesa pueda discutirse cómo encarar el futuro de la producción y del trabajo argentino.

A la vez en Argentina se hace sumamente necesario lograr más inversiones en los sectores productivos, y particularmente en la industria, no en la especulación financiera o solo servicios, que permitan generar riquezas y la creación de nuevas fuentes de trabajo. Si bien en los últimos años se creó trabajo, está claro que no alcanzó a cubrir las demandas de la población. Las faltas de políticas de persuasión, la presión impositiva y la confrontación con sectores empresarios de los últimos años llevaron a que haya pocas inversiones privadas en industrias, sumado a la apertura de importaciones, y esto derivó en falta de trabajo genuino y su reemplazo por planes de empleo sociales.

En lo que hace al partido de La Plata, es necesario reimpulsar el perfil industrial de la zona oeste, por ejemplo, potenciando aún más el Parque Industrial I, avanzar en que se instalen nuevas industrias en el Parque II, ambos sobre Autovía 2; y fomentar nuevos parques, como, por ejemplo, el privado del Sur en la Ruta 36.

 

(*) Ex concejal platense, ex presidente Consejo Producción y Trabajo La Plata. Actual titular Centro de Estudios Cesip La Plata.

 

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