Video: una mujer de 82 años resistió un asalto en su casa, arañando a un ladrón que le causó heridas
Edición Impresa | 31 de Enero de 2018 | 02:10

Promediaba la mañana de ayer cuando una mujer de 82 años escuchó desde su casa de 121 entre 84 y 85 el paso de un carro ambulante que vende verduras por ese sector del Barrio Jardín.
No dejó pasar la oportunidad de salir a la vereda para comprarle algunas mercaderías. Y, tras demorarse unos minutos eligiéndolas, pagando y cruzando unas palabras, se metió de nuevo en su vivienda.
Lo que ella no advirtió es que un delincuente había aprovechado esos pocos segundos para colarse en la propiedad, donde la sorprendió una vez que la mujer entró en su habitación. Para entonces, el intruso ya tenía puesta una capucha.
“SE DEFENDIO CON LAS UÑAS”
Hilda, la víctima, fue trasladada por sus familiares al hospital San Martín. Fue un vecino suyo, Roberto Percuoco (70) quien contó detalles del terrible asalto.
Reveló que el intruso la atacó con un cuchillo inmediatamente después de que ella regresó a su casa tras comprar unas verduras.
Sin que todavía se conozca si la jubilada se resistió de entrada o si el agresor la lastimó para controlarla, Percuoco indicó que el intruso le abrió varios cortes “en el cuero cabelludo, en la frente, en el cuello, en los brazos y en las manos”, con una cuchilla de mango blanco que tría consigo.
Seguramente viendo su vida en peligro, la mujer se defendió como pudo del demencial ataque.
“Hilda comenzó a los manotazos, hasta que logró sacarle la capucha al delincuente”, comentó el vecino.
No sólo eso. También “arañó con a su agresor, al punto que se le rompieron algunas uñas”, sumó Roberto.
La jubilada aprovechó esos instantes de confusión para correr a la calle en busca de ayuda.
“Encontró a gente del barrio, les contó lo que pasaba y el ladrón tuvo que escapar de la casa, robando únicamente las llaves” del domicilio, resaltó Percuoco.
Los vecinos contuvieron a la víctima, que estaba en estado de shock y lastimada, y llamaron enseguida al 911 para pedir la presencia de policías y médicos.
Si bien una ambulancia del SAME atendió en el lugar a la jubilada, sus familiares decidieron trasladarla luego al Policlínico San Martín, donde le hicieron distintos estudios y la curaron por los cortes.
En ese barrio se aseguró que la inseguridad ya es moneda corriente y que, sólo en diciembre, hubo cinco robos.
Percuoco fue uno de los damnificados de esa seguidilla: “Viajamos con mi familia y nos desvalijaron la casa. Por eso puse rejas en las aberturas y voy a instalar una alarma”, cerró.
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