Una jubilada fue asesinada, su esposo herido a machetazos y detuvieron al hijo

Las víctimas sufrieron cortes y golpes. Ella, de 74 años, tenía heridas en la zona genital, al parecer por patadas. é l está internado

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Una mujer de 74 años fue asesinada con saña en su casa de Los Hornos, mientras que su esposo sufrió gravísimas lesiones por las que anoche seguía internado. El único detenido del caso es el hijo de la pareja, de 52 años, de quien primero se dijo que tenía un retraso madurativo, que los psicólogos y psiquiatras descartaron de plano. “Es imputable”, concluyeron, por lo que la fiscal Betina Lacky lo indagará hoy por “homicidio calificado por el vínculo, alevosía y por violencia de género”, sumado a la “tentativa de homicidio calificado por el vínculo y alevosía” del padre. Con el homicidio de esta jubilada ya son 18 las personas asesinadas en la Región en lo que va del año.

La víctima fue identificada como Nélida Beatriz Lataza (74), quien vivía con su esposo Manuel González Vázquez (76) en una casa con evidentes señales de abandono, en 137 entre 80 bis y 81. A él lo conocen en el barrio como “Manolo” o “El Gallego”, un ex obrero de la Petroquímica que durante 20 años atendió el mostrador del almacén montado en el frente de la vivienda, hasta que bajó definitivamente la persiana hace 10 meses.

Nélida y Manolo tuvieron un solo hijo, Gustavo Adrián González (52), quien “trabajó hasta hace seis o siete años en una empresa de seguridad, pero ahora estaba desocupado”, contaron a este diario los vecinos. Fuentes judiciales confirmaron que se había mudado con los padres “hace dos o tres años”.

A las 18.30 del jueves, Manolo fue hallado en la vereda de su casa, perdiendo de sangre de cortes profundos en la cabeza, semidesnudo y en shock. Apenas podía pedir ayuda. El primero en verlo fue un cliente del supermercado chino que está lindero a la vivienda, quien le avisó a una mujer policía y fue ella la que solicitó refuerzos. Llegaron entonces los policías del Comando, una ambulancia y, más tarde, los detectives de la DDI y la fiscal. Empezaba a develarse el espanto.

Nélida ya estaba muerta, con “dos lesiones profundas en el cuero cabelludo compatibles con golpes de un elemento filoso (como un hacha o similar), un hematoma importante en el ojo izquierdo con deformación de la órbita ocular, hematomas y excoriaciones a la altura de la boca”, detalló el reporte oficial, en tanto que el hijo presentaba “lesiones con inflamación y cortes en ambas manos, especialmente en los nudillos, con fractura del metacarpiano mano izquierda”. También tenía arañazos en los brazos.

Manolo fue trasladado con cortes profundos en la cabeza y el antebrazo izquierdo al hospital de Romero, donde lo operaron y en las últimas horas fue derivado a una sala común.

Gustavo argumentó que su madre se había ahogado “con una galletita y que por eso comenzaron a discutir y a pelear con su padre, desconociendo cómo murió la mujer”, contó un investigador, pero las heridas de la víctima, sumadas a los comentarios de vecinos que coincidieron en acusar al hombre de “ejercer violencia constante contra sus padres”, pusieron en duda la versión. Su relato se derrumbó del todo una vez que los peritos de Científica encontraron en el cuarto del hijo “un machete compatible con el elemento usado contra las víctimas”, amplió el vocero, junto con un revólver calibre 32, una carabina 22, una escopeta del 12, una pistola 45 y varias municiones. Hallaron, además, 150 revistas pornográficas.

“La situación de la casa revelaba el estado de esclavitud y abandono en el que vivía el matrimonio”, describió una fuente judicial, “ya que dormían sobre colchones sin sábanas ni frazadas, eran obligados a permanecer bajo la lluvia y los golpes eran frecuentes”.

La autopsia determinó que Lataza murió asfixiada con el sandwich que estaba comiendo, “pero como consecuencia de los golpes que recibió”, amplió la fuente, aclarando que “la lesión en el ojo era previa”. Creen que Manolo fue atacado al salir en defensa de su mujer. El hombre declaró ayer en el hospital, aunque “su relato fue un poco confuso”. El informe forense no.

Los expertos detectaron graves lesiones en todo el cuerpo de la mujer, incluso en la vagina, que -en principio- sospechan que fueron provocadas por patadas. No obstante, la fiscal ordenó una serie de estudios para descartar la hipótesis de un ataque sexual.

Según los pesquisas, la salud de los dos jubilados se había deteriorado mucho desde la llegada de su hijo. Y ella había caído en un profundo cuadro depresivo.

“Por acá todos presagiábamos que algún día la historia de esta familia iba a terminar en tragedia”, sentenció una vecina que, al igual que el resto de los que conversaron con este diario, pidieron mantener su identidad en reserva. Recordó que “constantemente se escuchaban gritos en la casa, discusiones y golpes” por los que más de una vez llamaron al 911, pero “si venía la Policía no pasaba nada, porque Manolo y su hijo negaban cualquier problema”.

“Daba lástima verlo a Manolo haciendo los mandados con la cara lastimada o con hematomas. Pero nunca dijo que le pegaba el hijo, al contrario, decía que se había caído”, reveló la vecina.

En el barrio recordaron que Gustavo se instaló allí luego de que tuvo que abandonar otra vivienda de sus padres -que cuidaba- ya que constantemente tenía problemas con los vecinos porque “salía con una escopeta afuera y les disparaba”.

“Salía a la madrugada y tiraba tiros”, aseguró una mujer.

“Era de tener conversaciones bastantes coherentes, pero a su vez desconcertaba, porque más de una vez lo vieron yendo a tomar el micro y caminando como si fuera un soldado”, recordó otra vecina. Fuentes oficiales indicaron que el imputado es soltero y estudió la carrera de Ingeniería, “con excelentes notas”.

 

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