Tensión en el parque Saavedra por un operativo contra un grupo de manteros
Edición Impresa | 21 de Mayo de 2018 | 02:18
Desde hace varios años, y con particular énfasis en los últimos tiempos, varios centenares de puestos artesanales y de reventa, con diferentes grados de informalidad, copan cada fin de semana el parque Saavedra. Sus cuatro hectáreas, más el perímetro del sector cerrado adyacente, dejaron de tener carácter eminentemente recreativo -uno de los más extensos de la Ciudad- para convertirse en un “predio ferial”. Ayer, la Comuna y fuerzas policiales impidieron la instalación de un grupo de “manteros”, y se generó un clima de tensión y reclamos que atravesó toda la tarde.
De acuerdo con lo que se indicó desde el municipio, se trató de una acción preventiva destinada a “liberar el espacio público”, vinculada con el relevamiento de aquellos puesteros “registrados” que en el corto plazo comenzarán a trabajar en un predio que está “casi listo”, en palabras de los funcionarios locales, desde hace varios meses.
El informe policial lo expresó de manera más concreta: “personal del Gabinete de Investigaciones de la Comisaría 9a, junto a numerarios de diferentes comisarías de la Jefatura Departamental La Plata, Grupo GAD, personal de Policía Local y numerarios de la Dirección de Convivencia y Control Ciudadano, procedieron a montar operativo en zona de parque Saavedra a los fines de prevenir y no permitir el armado de un paseo comercial clandestino en el que operan diferentes tipos de manteros”.
Los efectivos llegaron en horas de la mañana, cuando los ambulantes comenzaban a darse cita y buscar con sus bolsos un lugar bajo el sol -y la sombra- de los senderos internos del parque, la pérgola y las riberas del lago. Y se fueron cuando caía la tarde, dando pie a que algunos desplegaran su mercadería de apuro en un intento por salvar la jornada.
TRES GRUPOS
Actualmente, en el parque Saavedra coexisten tres grupos de vendedores. Los más antiguos son los “artesanales”, regulados por ordenanza y con mayor grado de formalización, que se despliegan por las calles 12, 68 y 14 en torno al sector cercado -que el primer día de julio próximo cumplirá tres décadas con la denominación “Lisandro de La Torre”-.
El segundo grupo, que inició su derrotero en la plaza Italia de 7 y 44, y luego pasó por plaza Alsina (1 y 38), para ser desalojado de ambas por quejas de los manualistas y vecinos, respectivamente, se coloca en el eje del parque que marca la proyección de la avenida 66, y en parte de la calle 14 frente al Hospital de Niños. Su oferta es variopinta y su grado de fiscalización, poco claro.
El tercer grupo es el de los manteros, que se instalan en derredor del lago, a los costados del eje de 66, y en el sendero en diagonal que sale de 12 y 64 hacia la loma de la pérgola que corona el parque. Su crecimiento es explosivo, y la mercadería que venden es la que habitualmente se ve en el microcentro junto a los senegaleses, aunque también hay ropa de segunda mano, y productos adquiridos en La Salada u Once. No cuenta con ninguna clase de aval oficial.
“Hay casi 400 vendedores informales ya anotados en el registro que abrió el municipio para administrar los espacios en el nuevo predio de ventas que se está por lanzar” precisó Roberto Di Grazia, titular de Convivencia y Control Ciudadano: “pero en el parque Saavedra cada fin de semana aparecen más, no registrados y casi siempre llegados desde el sur del Gran Buenos Aires”.
“Estos manteros se instalan alrededor del lago y por todas partes, y al atardecer vuelven a sus localidades” agregó ayer el funcionario: “recibimos muchas denuncias de los vecinos de la zona porque casi no dejan lugar para otra cosa que no sea la actividad comercial, y por cómo dejan el lugar. El operativo se desplegó con la idea de que no armaran, y a quienes no acataron esa disposición, se les incautó la mercadería”.
“Como se quedaron en la zona con sus bolsos esperando que nos retiráramos, resolvimos permanecer hasta la tarde” señaló Di Grazia: “siempre hay algún roce e insultos, resistencia y protestas, pero nada pasó a mayores”.
Desde la Comuna se subraya que “entendemos que la venta ambulante es fuente de trabajo para familias platenses, y por eso se va a registrar a los protagonistas que así lo elijan y se les brindará un predio con condiciones edilicias y sanitarias adecuadas, para incluirlos en el sistema formal; así recibirán los beneficios correspondientes y aporten en la medida de sus posibilidades mediante el monotributo social, por ejemplo”.
Cuando esto ocurra, en el espacio verde comprendido entre las calles 12, 14, 64 y 68 sólo quedará la feria de artesanías regulada.
Desde el punto de vista de los vendedores informales, la lectura del episodio de ayer es diametralmente opuesta a la del municipio. “No nos pueden discriminar y sacar porque sí sin darnos alternativas” manifestó María Rosa Gómez: “algunas de las personas no tenían un centavo para volver a sus lugares de origen; a otras, como una pobre señora, le sacaron el hilo y la lana que vendía”.
“A mí me dijeron que tenía el permiso vencido” sostuvo Gómez: “somos feria americana, y hay unos pocos revendedores, pero todos somos trabajadores de la economía popular. Y vamos a marchar en estos días ante la Municipalidad”.
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