Recrudece la poda ilegal y la Comuna dice estar “indagando”
Edición Impresa | 30 de Junio de 2018 | 02:46

¿Cada uno hace lo que quiere? Pareciera que sí. El paisaje que ofrece desde ayer la zona de 12, 71 y 72, es patético. Por lo menos tres tilos fueron “decapitados” sin más y nada indica que serán los últimos. La consulta de rigor al Municipio tuvo una respuesta más que preocupante: “Nosotros no fuimos”. ¿Y qué van a hacer? “Espacios Públicos está indagando”. Punto final.
“Está recrudeciendo la poda clandestina, que destruye el patrimonio público. Y la Municipalidad no previene, no controla, no multa”, advirtió en diálogo con este diario el ingeniero agrónomo, doctor de la UNLP y docente de la facultad de Ciencias Agrarias y Forestales, Alfredo Benassi.
Lejos de allí, también ayer a la mañana, se registró otra muestra de descontrol. En 3 y 58, frente a un edificio en construcción, otro ejemplar en perfecto estado fue, directamente, quitado de la vereda.
Los enormes trozos del árbol, de muy buen porte, yacían en el suelo a la espera de que alguien los retirara. El frente del futuro edificio de departamentos quedó a la vista de todos, a costa, una vez más, del patrimonio verde de la Ciudad.
“Estaba sano de las raíces a la copa. Lo mutilaron sin piedad”, describió Benassi.
La Comuna está “indagando”. El arbolado platense, orgullo de una ciudad que alberga ejemplares históricos y de las más variadas familias, ha quedado a la buena de Dios.
La Ciudad siempre se ha jactado y con razón de su patrimonio arbóreo, pero hoy por hoy debería empezar -por lo menos- a cuidarlo. Como supo hacerlo en otras épocas.
VERDE QUE TE QUIERO VERDE
El arbolado público es indicado para mejorar la calidad de vida en las grandes metrópolis.
“Les otorga una impronta única. Mejora la calidad del aire a partir de la intercepción de polvo, hollín y otros agentes de polución. Atenúa los efectos del cambio climático capturando dióxido de carbono en sus tejidos y desactivando el cada vez más notorio efecto de “isla de calor”. Absorbe excedentes pluviales a partir de sus cazuelas y raíces. Baja el nivel de ruido y, cuando las alineaciones están completas, reduce la velocidad de los vientos”, enumeran los expertos.
Todo eso y más también aporta el arbolado urbano. Aunque hace tiempo que “entre tilos y diagonales” los primeros están perdiendo peso y presencia de forma preocupante. “La Comuna no hace, pero tampoco controla”, insistió el profesor universitario.
Otros beneficios de hacer las cosas bien: las ciudades verdes están asociadas con menores índices de delincuencia, mayor satisfacción de sus residentes y, por añadidura, generan mayores valores inmobiliarios. Un ejemplo lo ofrecen los barrios residenciales y lugares de turismo o veraneo más cotizados, que privilegian en su diseño la presencia de corredores y áreas verdes arboladas.
No parece ser el caso de La Plata.
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