Por qué sí

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Parece no solo exagerado, sino hereje, pronunciarse por el sí ante la pregunta de su “Creed” es mejor que “Rocky”. Y sin embargo, la saga iniciada por Ryan Coogler, encargado de convencer al propio Sylvester Stallone de volver a la franquicia que él había clausurado con “Rocky Balboa” (2006), empuja a la franquicia hacia el siglo XXI abandonando la tendencia al trazo grueso que marcó la versión ochentosa de la serie de películas.

“Creed” apuesta por el realismo sobre el ring (ya no se ven esos ridículos intercambios interminables de golpes en la cara sin guardia y sin que nadie muera -bueno, nadie salvo el pobre Apollo-) y también debajo, optando por un melodrama más mesurado, menos telenovelesco, tomando como eje los momentos verdaderamente emotivos de la saga (la muerte de Mickey, por ejemplo) y descartando otros dramones exagerados.

Además, cuenta con una contraparte femenina (la de Bianca, interpretada por Tessa Thompson), infinitamente más interesante que Adrian como actriz y como personaje (un rol siempre al borde de la parodia, de la telenovela venezolana), con una historia propia. Y no hay robots, claro.

Discutir “mejor/peor” siempre es arbitrario, pero “Creed” asoma aceptando ese margen de error como una mejor saga para los espectadores de hoy, capaz de ser vista más allá del consumo irónico que conduce la fiebre de “Rocky” hoy, una saga que, despojada de nostalgia, solo se sostiene apenas en su primera entrega, y quizás esa sexta, que ya presenta características de la saga “Creed”.

 

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