Una histórica hegemonía de un movimiento regional; alivio para la Casa Rosada

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El extenso calendario electoral 2019, que tendrá presidenciales en octubre, se puso en marcha ayer y fue sin sorpresa a pesar de los sondeos y especulaciones previas, que pusieron en alerta al Gobierno de Mauricio Macri, después de apostar por un candidato radical, que volvió a ocupar el tercer escalón.

El Movimiento Popular Neuquino, el partido regional que gobierna la provincia sureña desde hace cinco décadas, a pesar de llegar a las urnas dividido se volvió a anotar un triunfo histórico en el distrito, cuyo subsuelo se extiende gran parte del megayacimiento hidrocarburífero de Vaca Muerta.

Como hace 4 años atrás, el actual gobernador Omar Gutiérrez volvió a vencer -con más votos de lo previsto en su propio búnker- a Ramón Rioseco, de Unidad Ciudadana-Frente Neuquino, apoyado por la ex presidenta Cristina Kirchner. Y eso fue un alivio para la Casa Rosada, aunque había apostado electoralmente de nuevo por el radical Horacio “Pechi” Quiroga, que cosechó mucho menos votos que el postulante K.

La provincia -quinta económicamente del país- vive del turismo y del petróleo y, en ese camino, ahora proyecta su futuro en la explotación de Vaca Muerta, la mayor reserva de petróleo y gas no convencional del país, en donde el Gobierno ve un trampolín para la recuperación en medio de una crisis, donde la devaluación y la inflación siguen pegando fuerte en los bolsillos.

Un triunfo de Rioseco -un ex piquetero pero de buena administración en otra ciudad petrolera de Neuquén, Cultra Co-hubiera sido un duro golpe para la administración Macri: por Cristina, que lo hubiese puesto en su haber de cara a octubre pese a su silencio sobre una futura postulación, y por Vaca Muerta, aunque el candidato de Unidad Ciudadana había mandado mensajes de tranquilidad a los inversores. Por eso el respiro oficial de una victoria ajena.

 

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