Amplias playas, avistaje de fauna, ecoturismo y gastronomía típica...
Edición Impresa | 3 de Marzo de 2019 | 06:17

El Camino de la Costa Atlántica de Río Negro ofrece a los turistas aguas cálidas y transparentes, playas amplias y con altos acantilados, piletones naturales, circuitos históricos, avistaje de fauna, ecoturismo, gastronomía típica y una amplia oferta de alojamientos y servicios.
DOS CIUDADES CENTENARIAS
Viedma y Carmen de Patagones, dos ciudades centenarias, marcan el inicio de este recorrido donde los magníficos paisajes del río Negro y varias referencias históricas asombran a los turistas.
El ingreso al Camino de la Costa, que es la ruta provincial número uno, que bordea los acantilados paralelos al océano Atlántico a lo largo de 180 kilómetros, se produce en Viedma, desde donde hay que recorrer 30 kilómetros para llegar a la villa marítima El Cóndor.
El Cóndor se desarrolla a lo largo de 13 kilómetros de acantilados donde se destaca la reserva natural de loros barranqueros más grande del mundo y donde habitan golondrinas, halcones peregrinos y otras aves.
El secretario de Turismo de Río Negro, Daniel García, señaló que “los deportes en estas playas se combinan con el ecoturismo y turismo de aventura para brindar las más amplias posibilidades para los turistas”.
TRANQUILIDAD PARADISÍACA
El recorrido continúa en la Bajada del Espigón y Playa Bonita, que ofrecen una tranquilidad paradisíaca y vistas increíbles del océano Atlántico.
La Lobería, un balneario de pequeñas playas enmarcadas por enormes acantilados que durante la bajamar se llena de piletones naturales, y Punta Bermeja, una reserva faunística creada para proteger a lobos marinos de un pelo, completan los atractivos de esta parte del recorrido.
BAHÍA ROSAS, UNA PLAYA DE GRAN PROFUNDIDAD
La continuidad del recorrido, que ahora se hace por un camino de tierra y arena, deposita a los turistas en Bahía Rosas, una playa de gran profundidad con mareas muy altas que la transforman en uno de los pocos lugares de la costa atlántica donde se pueden pescar tiburones sin necesidad de embarcarse.
Bahía Creeck, a 135 kilómetros de Viedma, en la costa norte del Golfo San Matías, es otro de los atractivos de esta ruta por sus acantilados bajos con médanos y amplias playas de arena fina y blanca.
El camino continúa hacia el puerto de San Antonio Este, pero antes se llega a Caleta de los Loros y Pozo Salado.
ACANTILADOS BAÑADOS POR AGUAS CLARAS
Estas playas están protegidas por acantilados bañados por aguas muy claras y poco profundas.
La secretaria de Turismo de Las Grutas, San Antonio Oeste y Este, Nadina Gutiérrez, manifestó que “este es un lugar imperdible para disfrutar de sus playas y avistaje de fauna autóctona, donde sobresalen cisnes de cuello negro, pulpitos y flamencos rosados”.
El final del Camino de la Costa permite encontrar a las playas del Puerto San Antonio Este, donde extensas zonas blancas debido a la gran cantidad de caracolas, dunas doradas y un mar azul intenso caracterizan el paisaje.
UN PREMIO EXTRA
Los turistas que realizaron este recorrido tienen un premio al reingresar a la ruta nacional 3, donde aparecen las villas turísticas Las Grutas y Playas Doradas.
Las Grutas se caracteriza por sus aguas cálidas y traslúcidas y sus maravillosas extensiones de arena con acantilados que generan un reparo único para el viento.
Playas Doradas, con sus amplias playas de arenas finas y blancas, sus aguas cálidas y transparentes, la pingüinera más septentrional del mundo y zonas que combinan sierras y mar, completa los atractivos del recorrido costero.
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