El examen de ADN también permite acorralar a ladrones de ganado en la Provincia
Edición Impresa | 1 de Abril de 2019 | 02:31

Entre las múltiples utilidades que tiene para la ciencia el empleo de los análisis de ADN también habrá que sumar el de ayudar a aclarar casos de robo de ganado.
Según un informe del denominado Programa Provincial de prevención del Abigeato, diseñado por la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNLP, ya se aportaron elementos clave para esclarecer más de 300 hechos enmarcados en este delito a por aplicación de complejas técnicas de biología molecular.
Esos casos fueron resueltos después de que los fiscales y policías enviaran muestras al “Instituto de Genética Veterinaria Ingeniero Fernando Noel Dulout, (IGeVet - UNLP-CONICET)”. Los análisis permitieron a la Justicia encontrar la carne robada e identificar a los ladrones.
Guillermo Giovambattista, Director del IGeVet explicó que “mediante el uso de técnicas de biología molecular, conocidas como marcadores genéticos, se tipifica el ADN de, por ejemplo, el pelo, cuero, restos de carne o huesos de animales, que hayan quedado en el campo o en un establecimiento luego de la faena clandestina. Así –agregó- las autoridades judiciales y la Policía pueden comparar esos resultados con el perfil genético de los cortes de carne que se venden en una carnicería en forma ilegal, o que son decomisados a los sospechosos en los allanamientos”.
También, en caso de no encontrarse restos, es posible comparar muestras biológicas de la descendencia o los progenitores del animal robado.
A partir de 1999 se comenzaron a realizar este tipo de pericias de ADN, y desde el año 2004, a partir de un convenio entre la Universidad y el Ministerio de Justicia bonaerense, se lleva adelante el Programa.
Giovambattista remarcó que “la tecnología hace posible identificar el ganado con una certeza del 99,9 por ciento, de modo tal que la contundencia de la prueba implica un alto poder de disuasión para quienes cometen este tipo de delitos”.
El Director del IGeVet, remarcó que “hasta que comenzó a utilizarse esta técnica de identificación genética, el abigeato era un delito muy difícil de comprobar, y por lo tanto, de combatir”. Al respecto explicó que “cada caso de robo de ganado que resolvemos tiene un doble beneficio: por un lado, el esclarecimiento del delito en sí; por el otro, el efecto disuasorio. El ADN es una evidencia muy fuerte contra el imputado”.
El informe cita estadísticas públicas según las cuales en 2003 se sustrajeron en el campo 13.301 animales (vacunos, equinos, ovinos, porcinos); en tránsito 1.123 animales (en camiones) y fueron faenados en el campo 2.629 animales. Esto dio un total de 17.053 animales sustraídos.
Cinco años después y con el Programa y las Patrullas Rurales en marcha se sustrajeron en el campo 7.213 animales, 20 en tránsito y se faenaron 664, con un total de 7.897. Es decir, hubo una disminución de casi el 60% en el índice delictivo. De esos 7.897 animales robados, lograron ser secuestrados 2.998. Se cometieron en total 1.578 hechos y fueron esclarecidos 336.
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