En medio de tensiones y desmentidas, en la Provincia negocian las colectoras

“Está todo abierto; hasta el 12 puede pasar cualquier cosa”. La frase pronunciada por un alto funcionario del gobierno bonaerense refleja la incertidumbre que existe en la Provincia en torno del tema del momento: si María Eugenia Vidal será candidata a gobernadora no sólo de Cambiemos sino también de postulantes del peronismo no kirchnerista.

La martingala electoral que ahora empuja la Casa Rosada en acuerdo con Vidal apunta a establecer el sistema de colectoras. La idea es robustecer las chances de la mandataria ya que si se cierra el acuerdo, podría ser la candidata de Mauricio Macri y al mismo tiempo del salteño Juan Manuel Urtubey.

Pero la figurita apetecida para el oficialismo es Sergio Massa. Ayer ocurrió una cuestión curiosa que dio paso a las interpretaciones más diversas. Trascendió que antes de emprender un viaje a Colombia junto al ministro Cristian Ritondo para analizar distintas políticas que se aplicaron en ese país en la lucha contra el narcotráfico, la Gobernadora se iba a reunir con el líder del Frente Renovador.

El encuentro finalmente no se produjo. Cerca de Vidal dejaron trascender que la reunión estaba pautada. Massa utilizó la red social Twitter para descartar cualquier encuentro. ¿Alguien salió a dinamitar el cónclave en el que se hablaría de las colectoras? La pregunta quedó flotando en medio de un escenario electoral que empezó a ganar volatilidad.

Massa en su desmentida salió a cuestionar al gobierno nacional. En cambio, se ocupó de cuidar a Vidal de la filtración. Tampoco, fiel a su estilo, descartó de plano un entendimiento con la mandataria, con la que mantiene una buena sintonía.

En el gobierno bonaerense no pierden las esperanzas de articular algún acuerdo con Massa que evite su pase al kirchnerismo. Cuentan que un viejo conocido del tigrense, el ministro de Gobierno Joaquín De La Torre, estaría trabajando en esa dirección junto al jefe de Gabinete, Federico Salvai.

Para eso, el tigrense tendría que ser candidato presidencial por Alternativa Federal, una posibilidad que la mayoría de su tropa resiste ya que prefiere un entendimiento con Cristina Kirchner en el armado de un frente opositor contra Macri.

“Sergio nos va a tener así, dando vueltas hasta el miércoles, cuando haya que inscribir las alianzas”, sospechan en la Gobernación. Hay quienes creen que esa estrategia esconde una segunda intención: la de presionar a Cristina con ese coqueteo para que desista de integrar la fórmula con Alberto Fernández. Si eso ocurriera -algo por demás improbable- Massa se anotaría para competir como candidato presidencial en las Paso en el marco del Frente Patriótico.

En Cambiemos, pese a todo, no pierden las esperanzas. “Hay un detalle: ninguno de los candidatos a presidente, salvo Alberto Fernández, tiene candidato a gobernador”, decía ayer un funcionario de Vidal. “Raro, ¿no?”, se preguntaba.

Más allá del sondeo con Massa, lo que parece más cerca es un entendimiento con Urtubey. El salteño sondeó a Francisco De Narváez para impulsarlo como gobernador, pero la conversación no habría prosperado.

Casi imposible, en cambio, es un cierre con Roberto Lavagna. Ayer sus principales laderos salieron a ratificar que irán con candidatos propios en todas las categorías, incluso, la de gobernador. El nombre que más se escucha para ese cargo es el del diputado nacional de Bolívar, Eduardo Bucca.

La idea de Vidal es sumar a su candidatura por varias canastas siendo candidata tanto de Cambiemos como de Alternativa Federal. Es el mismo esquema que utilizó Carlos Ruckauf allá por 1999 cuando resultó electo gobernador: sumó por el PJ y por la lista de Domingo Cavallo.

Mucho más acá en el tiempo, el que echó mano con éxito a esa martingala fue el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, que se presentó como postulante de Cambiemos y del Frente Renovador massista.

La habilitación de las colectoras impone a Cambiemos la necesidad de explicar por qué Macri las prohibió hace menos de un mes a pedido de Vidal y ahora surgen como tabla de salvación para el intento de reelección de la mandataria.

Ya se habla de que, si no hay fallo judicial contra ese decreto, el Presidente deberá dictar otro para derogar lo que firmó.

El oficialismo afronta un escenario electoral complejo en la Provincia. Es que si bien Vidal tiene una alta ponderación, no ocurre lo mismo con Macri que en algunas encuestas está entre 10 y 12 puntos por debajo de la Gobernadora. El temor en Cambiemos es que el efecto arrastre de la boleta presidencial se transforme en un peso difícil de sostener para Vidal.