Mario Emilio Milazzo

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Fue un respetado profesional en el ámbito de la Justicia, pero además, un conocido vecino que tuvo una amplia vida social; por eso el fallecimiento de Mario Emilio Milazzo, provocó sentidas muestras de dolor entre quienes lo conocieron.

Integró una familia que estuvo entre las primeras que habitaron la ciudad, su abuelo Pascual Milazzo llegó en el año 1884.

“El Flaco”, como le decían sus allegados, había nacido el 2 de julio de 1931, en La Plata. Sus padres fueron Emilio Juan Milazzo y María Esther Ottavianelli, que falleció el año de su nacimiento. Su madre de crianza fue Eva Frías y tuvo un hermano, Eduardo Daniel.

Cursó la primaria en la Escuela 15 y la secundaria, en el Colegio Nacional.

En su juventud trabajó en fábricas y canteras, en el frigorífico Armour en Berisso y en Santa Cruz. Fue corredor de libros y reparó radios y televisores, hasta su ingreso en Tribunales en 1959. Se graduó en la facultad de Ciencias Jurídicas de la UNLP como escribano en 1970 y como abogado en 1973.

Fue secretario de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires desde 1977 hasta el 2004 cuando se jubiló.

Docente desde 1974 en la Universidad Católica Argentina y en la UNLP estuvo al frente de las cátedras de Finanzas y Derecho Tributario, Derecho Civil III, Economía Política.

Además fue autor de numerosas investigaciones, publicaciones y monografías publicadas en Sensus, boletín y revista del Colegio de Abogados.

Mario se casó el 5 de julio de 1957 con María Haydée Pérez y tuvieron tres hijos: Gisella, Cecilia Beatriz y Mario Augusto. La familia creció con la llegada de 7 nietos y 7 bisnietos.

Ferviente hincha y socio vitalicio del Club Gimnasia y Esgrima de La Plata, participó activamente en las comisiones y fue presidente en 1983.

En 1982 participó de la apertura de la cápsula del tiempo por el centenario de la ciudad.

Además fue socio vitalicio del Club Gútenberg y del Club Universitario.

En los años 60 como miembro del Club Platense de Automovilismo, corrió muchas carreras de regularidad como copiloto de Vilaltella y ganó numerosos premios.

Sus hobbies fueron la jardinería, la música clásica, la ópera, el ajedrez, la filatelia - cuya colección fue expuesta en el Teatro Argentino - y el modelismo de réplicas de barcos y aviones históricos. Además disfrutó del trato con sus amigos.

 

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