Hartos de respirar polvo, vecinos otra vez en guardia por lluvia de carbón de coque
Edición Impresa | 23 de Agosto de 2019 | 03:09

“¿No te cansaste de barrer, respirar, tragar y convivir con el hollín?”. Con esa pregunta punzante, un grupo de vecinos y vecinas autoconvocados de la Región iniciaron una campaña tendiente a ponerle fin de una vez por todas al “polvillo tóxico que se respira cada día. Queremos que los productos, subproductos y residuos de Copetro y de todo el polo petroquímico queden en las empresas. No nos pertenecen”, disparó Julieta Kolac (27), quien vive en la zona de Génova (calle 7) y 164 de Berisso.
Luego de difundir fotos y videos por las redes sociales, los afectados se reunieron ayer en el Club Villa Banco Constructor de la ciudad ribereña, donde decidieron encarar un mapeo de los sectores afectados, informar de su situación a toda la comunidad y activar las denuncias ante los distintos estamentos del Estado, así como los pedidos para que actúen con celeridad y decisión.
Es que se trata de una pelea tan antigua como la empresa misma, que llegó al país en 1983 para convertirse en la primera productora de coque, un subproducto de la refinación de petróleo que se utiliza como combustible en la industria metalúrgica y que, en gran parte, se exporta.
Ante la consulta de este diario, en la planta Copetro -perteneciente a la firma Oxbow Argentina, filial de Oxbow Corporation- dijeron que se pronunciarán una vez que se conozcan las conclusiones de la asamblea vecinal.
Nacer respirando hollín
Julieta Kolac forma parte de una nueva generación que se propone dar pelea contra la contaminación ambiental. “Este problema arrancó desde que se instaló la planta de coque, allá por 1983. Yo nací y en casa y en el barrio ya había quejas permanentes por el aire contaminado”, subrayó.
Hoy tiene 27 años, de manera que llegó al mundo cuando la planta llevaba unos 10 años funcionando.
Desde entonces, Copetro recibió condenas judiciales que le ordenaron cesar con las emisiones contaminantes, multas y hasta una clausura. Sin embargo, 36 años después, vecinos y vecinas vuelven a movilizarse porque “no se puede vivir en un ambiente contaminado. En los últimos meses la cosas empeoraron, e incluso hubo cinco días infernales, durante los cuales barrías el patio y a la hora, sin exagerar, estaba lleno de polvo nuevamente”, enfatizó Julieta, para apuntar que esa situación asustó a mucha gente y fue el disparador de la campaña que iniciaron por las redes y de la asamblea que organizaron.
La joven dijo que la intención es hacer un mapeo de la situación, ya que “en Berisso tienen problemas quienes viven en la calle Nueva York (calle 2), Río de Janeiro (4), Génova (7), y desde allí, en dirección a Los Talas, hay fotos y testimonios de vecinos de calle 19, 20, y más lejos también. En La Plata se ve afectada principalmente la localidad de Tolosa. Y en Ensenada, infinidad de barrios”, enumeró.
Asimismo, advirtió que “no siempre se acumula hollín en el patio como nos ocurre a muchos, al punto que llenamos frascos enteros con lo que recogemos. Lo más grave es que estamos todos respirando aire contaminado aunque no se vean las partículas negras”, puntualizó.
Un grupo de berissenses presentó notas a los bloques de concejales de Cambiemos y de Unidad Ciudadana, quienes “se comprometieron a seguir de cerca el tema”. Además, el intendente municipal, Jorge Nedela, les dio cita para el 3 de septiembre.
Mientras tanto, el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) aseveró que “se hacen controles” y “monitoreos permanentes”. Contaron que están trabajando “a partir de una serie de denuncias recientes, aunque aún no hay resultados que indiquen que sea Copetro el origen del particulado”.
Aclararon que “el monitoreo se hace fuera de la planta. Se trata de una red con varios puntos de medición. Se interpretan resultados que no sólo tienen que ver con Copetro”, señalaron.
Nada cambió
¿Por qué tantas condenas judiciales y todo sigue igual?, se preguntaron los afectados. ¿Tan complejo es pelear contra una gran empresa pese a que nuestra salud está en juego?, agregaron.
“Hay muchos antecedentes judiciales, sobre todo a partir de las presentaciones de los vecinos de Barrio Campamento de Ensenada, quienes conviven con la planta. La Justicia comprobó varias veces que Copetro contamina. No obstante, el conflicto continúa. Después de cientos de quejas durante más de treinta años, nada ha cambiado”, lamentaron. Aunque lejos están de bajar los brazos. “Que el Estado tome decisiones y se solucione el problema de raíz”, exigieron.
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