Los natatorios, entre la alegría de reabrir y una vuelta paulatina de los nadadores
Edición Impresa | 13 de Diciembre de 2020 | 02:56

Martín Cabrera
mcabrera@eldia.com
Fue larga la espera. Agobiante para muchos. Después de ocho meses los natatorios de la Región pudieron abrir sus puertas. Y así varias actividades recuperaron un lugar necesario para la salud y la mente.
“Después de tantos meses de tener cerrado y haciendo actividades virtuales que no es lo nuestro, volver nos provoca una alegría inmensa. Fueron ocho largos meses pero ya estamos de regreso”, arrancó su diálogo mientras a unos metros un grupo de seis niños de entre 4 y 5 años realizaba su clase con dos profes.
Como todas las actividades, los natatorios tuvieron que readecuar sus instalaciones. Los vestuarios sólo funcionan para cambiarse la ropa, se entra por un costado de la pileta y se sale por el opuesto, los profes tienen que usar mascarillas aun dentro de la pileta y sólo un adulto puede acompañar al niño en caso de ser necesario. “Todos tienen que venir con la malla puesta, se cambian en unas sillas dispuestas especialmente y al vestuario sólo ingresan en el final para sacarse la ropa”.
Además Puchuri indicó que entre cada grupo hay 15 minutos que sirven para desinfectar, principalmente la zona de vestuarios y espacios cerrados. Por protocolo, también, se tienen que dejar abiertas unas ventanas que permiten una libre circulación del aire.
“Los primeros en regresar fueron las personas con indicaciones médicas, que realizaban en la pileta diferentes tareas de rehabilitación. En nuestro caso el 70% de los que asisten tienen indicación médica”, continuó destacando que las piletas no sólo sirven para aprender a nadar y que ese público fue el que más sufrió el parate que provocó el coronavirus.
“La franja de los mayores, pese a ser un grupo de riesgo, fue el que más rápido regresó y más celebró la reapertura. Lo extrañaban”, continuó el hombre fuerte de la Cámara que destacó que ninguna pileta de La Plata cerró sus puertas pese al golpe de una crisis que por momentos insinuó ser más larga todavía.
Entonces fue el momento para contar la anécdota de la primera clase: fue de mayores que una vez dentro del agua le pidieron a los profes que no querían hacer ejercicios. “Nos pidieron la pileta libre, querían nadar y sentir la fuerza del agua en sus cuerpos.
“Si bien el regreso fue muy importante en cuanto a números, será un proceso lento hasta recuperar los niveles de antes. En un relevamiento reciente el 80 por ciento de los natatorios alcanzó un 25 por ciento de su clientela”, apuntó y dijo que la expectativa es muy buena porque día a día se va sumando más gente.
Por último se refirió a la seguridad del agua y no dudó en repetir un discurso propios de la OMS. “0,5 partes por millón son suficientes para evitar que el virus se propague. Y estas piletas duplican y triplican ese volumen. Este es un muy buen dato que nos estimula a seguir adelante”.
También se refirió a lo que sucederá en el verano, con miles de platenses que no podrán (por miedo, seguridad o dinero) irse de vacaciones a la playa o a la sierra. ¿Estarán abiertas las piletas de los clubes, sindicatos y asociaciones? “Esa es una gran incertidumbre. Todavía no hay respuesta. En este tema se van respondiendo día a día. Pero esta vez, pese a estar a la vuelta de la esquina la fecha histórica de inicio de temporada, no está muy claro. Ojalá que puedan abrir, porque son seguras, al aire libre y con niveles de protección asegurados”.
Un relevamiento realizado por la Cámara provincial que nuclea propietarios y concesionarios de piletas de toda la Provincia indicó que en octubre, cuando las actividades reabrieron bajo estrictos protocolos de salud en distritos de fases 3 y 5, unos 4800 alumnos regresaron a nadar y otros 2600 se sumaron en actividades complementarias como gimnasio y clases en grupos reducidos. Si bien levantar las persianas y comenzar a operar ha sido un gran aliciente anímico para los propietarios de natatorios, el panorama deja entrever que la recuperación económica para el sector tardará en llegar; sólo un 11,5 por ciento de los encuestados dijo haber superado el 50 por ciento del retorno de alumnos a pileta y un 57,7 por ciento recibió menos del 25 por ciento de ellos. En ese contexto, el 57,7 por ciento ha decidido continuar con las clases virtuales.
“El impacto anímico para quienes pudieron volver a nadar ha sido enorme”, dijo Fernando Puchuri.
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