“Buenas noches Malvinas”: una película para intentar cicatrizar las heridas

Ana Fraile y Lucas Scavino recuperan la historia de un soldado de La Plata que fue a la Guerra, y las cicatrices que quedaron alrededor

Edición Impresa

Las heridas del pasado laten, silenciosas, en el presente. Quienes fueron a combatir Malvinas no encontraron instancias para relatar, a su regreso, el horror de la guerra: la sociedad, avergonzada, les daba la espalda. Quienes permanecieron, sufrieron en silencio. Las cicatrices, sin una instancia para reflexionar, hacer frente y volver manejable ese trauma, permanecen: esa instancia es justamente la que propone “Buenas Noches Malvinas”, documental de Ana Fraile y Lucas Scavino que se verá esta noche a las 20 por Cine.Ar TV (repite el sábado) y que estará disponible desde mañana en la plataforma Cine.Ar Play.

Y en el eje del documental está la familia de Dalmiro Bustos y Elena Noseda: en 1982, enfrentaron uno de los momentos más difíciles de sus vidas, cuando su hijo mayor, Fabián, es enviado a combatir a las Islas, junto a cientos de soldados conscriptos; ahora, frente a la cámara, Dalmiro, Elena y sus dos hijos menores reconstruyen la historia de Fabián. Su relato se entrelaza con fragmentos del libro que escribió el propio Fabián.

Scavino y Fraile, formada en La Plata, se aproximaron a la historia cuando, intentando filmar un capítulo de prueba para una serie del canal Encuentro en 2011, dieron con la historia de Dalmiro, quien junto a un grupo de padres de nuestra ciudad atravesaron la angustia durante la Guerra y hasta realizaron un programa radial llamado “Buenas noches Malvinas”, pensado para que se escuchara en las islas. 

Bustos, psicólogo de formación, encabezó aquellas reuniones de padres terapéuticas: “Llegaron a ser más de mil personas, reunidas en el club Estudiantes de La Plata: se volvió una experiencia terapéutica para atravesar el dolor, la angustia, la incertidumbre”, explica Scavino.

La historia contada por Bustos y su familia, y el libro del psicólogo “El otro frente de la Guerra”, sobre sus días en La Plata, durante el conflicto armado, se volvieron una de las fuentes del documental; el libro de Fabián, con fragmentos relatados por Rafael Spregelburd, “otra facetas del mismo conflicto, del mismo hecho traumático”, dicen los cineastas. Completan las aristas del relato un viaje a Malvinas, en busca de las imágenes del libro de Fabián, y una sesión de teatro espontáneo, que “abrió una caja de Pandora a través de los actores que representaron. Así conocimos la angustia de quienes contaban su dolor por primera vez y, al mismo tiempo, trataban de elaborarlo”.

La aparición del psicodrama en el documental está estrechamente ligada a la práctica profesional de Dalmiro Bustos: “El nos dio una visión sobre su experiencia, e incluía el psicodrama dentro de esa visión, como herramienta terapéutica: hablaba mucho de las heridas que deja una guerra en la sociedad, y de la necesidad de sanar esas heridas, y de que esa sanación sea grupal”, explica Fraile.

Claro que poner en funcionamiento esta sesión de teatro terapéutico tenía sus complicaciones: los realizadores estudiaron el género durante varios años, imaginando cómo podían filmarlo sin ser intrusivos, y entendiendo que “lo que ocurriera, iba a ser irrepetible”, relata Scavino. Terminaron montando cinco cámaras en semicírculo, “a mucha distancia de lo que ocurría: tanta, que casi ni nos sentían”.

El experimento tenía que ver con una de las ideas fundantes del documental: utilizar el arte para cerrar las heridas. “En la medida que podamos decir, explicarnos, interactuar, es que vamos a poder cerrar esas heridas que no están del todo elaboradas a nivel social. Encontramos las heridas que viven en la sociedad de manera silenciosa y dolorosa. Con esta historia queremos hablar de ese dolor y también proponer una posibilidad de reparación”, opina Scavino. “Buenas Noches Malvinas” rompe, en ese sentido, cierto silencio: la Guerra ha sido casi tabú durante décadas, aunque en los últimos años parece haber despertado como cuenta pendiente.

“Hay una narrativa hegemónica que silencia ciertos aspectos del conflicto y realza otros: estas aproximaciones sirven para dar esa lucha, para contar ciertos aspectos que, a propósito, no se comentan”, dice al respecto Fraile. El documental intenta, en ese sentido, agrega, “dar la discusión, social y política. Nuestra mirada sobre el conflicto discute con otras: ojalá que podamos tener el espacio, desde el arte, para dar ese tipo de discusiones. El arte, el cine sobre todo, por su capacidad de propagarse, es muy reparador simbólicamente”. Es en ese sentido que este estreno en pantalla chica entusiasma a los directores: no habrá pantalla grande, pero sí un alcance federal imposible de otra forma.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE