Tres accidentes renuevan la preocupación por las piletas y la seguridad de los chicos
Edición Impresa | 8 de Febrero de 2020 | 02:22

En los últimos días tres pequeños sufrieron ahogamientos por inmersión y tuvieron que ser trasladados de urgencia al Hospital de Niños donde todavía permanecen internados, dos de ellos en estado delicado y asistidos con respirador automático. Desde la institución se advirtió que en el verano se producen muchos hechos traumáticos que podrían ser evitables si a los menores no se les saca la mirada de encima, más cuando están cerca de una pileta.
El director del “Sor María Ludovica” Eduardo Pucci sostuvo que los niños que ingresaron recientemente no pudieron defenderse en el agua, ya que dos tienen dos años y otro, un año y medio. “Hay que tener en cuenta que en esa etapa son muy curiosos y cuando algo les pasa no podemos hablar de accidentes, sino de traumas por inmersión porque que se caigan en una pileta o tengan una situación de ahogo en cualquier otra superficie con agua es algo totalmente evitable”, dijo el médico.
El axioma que los profesionales de la salud quieren difundir es que “detrás del trauma de un niño, hay un adulto responsable”, ya sea su familia, cuidadores, profesores de educación física o guardavidas.
En esa línea se remarcó que nunca puede dejarse un bebé al cuidado de un hermano mayor que tenga siete u ocho años porque si por ejemplo el pequeño se cae de cabeza en una pileta - algo que se ve con mucha frecuencia -, el otro no tendrá poder de reacción y la tragedia puede ser aún mayor.
Los días de calor extremo es cuando mas hay que agudizar el cuidado en aquellos hogares donde hay piletas porque en un descuido de sus padres los niños pueden escaparse y el agua siempre les llama la atención, mas si tienen calor.
“Los adultos deben grabarse que los chiquitos no pueden estar solos, siempre tiene que haber alguien responsable al lado porque se pueden ahogar hasta en 10 centímetros de agua”, apuntó el profesional y agregó que muchos consideran que un ‘flota flota’ o un juguete inflable es suficiente para proteger a los niños cuando en realidad eso por si solo no los aleja del peligro.
Quienes periódicamente atienden niños con esos traumas saben que las tragedias se desatan en un instante y que muchos no toman conciencia de que en una pileta de lona el peligro puede ser igual que en una de profundidad para los niños que comienzan a caminar o son tan pequeños que no toman conciencia de los riesgos.
“En esa semana tuvimos 3 chicos internados por esa causa, dos están con asistencia ventilatoria mecánica, el restante mejora, pero queremos que los adultos estén atentos para que estas cosas no sucedan”, concluyó el médico.
Entre los consejos también está el uso de pequeños chalecos salvavidas porque, si esos dispositivos están bien puestos, es difícil que si se caen a un espejo de agua queden boca abajo
“No se toma conciencia de que las piletas de lona también deben taparse con ajustes que impidan que si el chico se cae en esa superficie se hunda en el agua; las otras piletas también deberían estar protegidas con un alambrado de 70 centímetro de altura como mínimo, las que están en lugares públicos, pero también las particulares”, señaló Pucci.
Para que queden claro los riesgos que se corren, el médico explicó que ningún menor puede estar mas de un minuto y medio sumergido y que si permanece bajo el agua por unos siete minutos se produce la muerte neuronal o, en el caso de que logre ser reanimando, puede sufrir secuelas muy severas.
Por eso se remarcó que la prevención primaria es lo que pone a salvo a los menores para que el hecho no ocurra y por eso se debe estar siempre alerta cuando hay una pileta o superficie con agua al alcance de ellos.
En caso de que un chico se caiga al agua hay que sacarlo en el menor tiempo posible; si tragó agua tratar de que la expulse poniéndolo boca abajo y en caso de que haya entrado en paro, realizarle maniobras de RCP.
La etapa en la que corren mayor riesgo es desde que empiezan a caminar y trepar, un momento en el que no pueden desenvolverse en ese medio, más cuando el agua le tapa la boca.
“Siempre debe estar la mirada atenta, sin distracciones, hay chicos que se ahogaron con 4, 5 o 7 años, en medio de un lugar donde había responsables”, dijo el profesional que también recordó el triste caso de Lucas Lin, el nene de 5 años que se ahogó en una colonia organizada por el colegio Lincoln en José Hernández.
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