Leandro Fernández: el argentino detrás de “La Vieja Guardia”

Dibujante con una prolífica carrera en las principales editoriales de cómics del exterior, vio este año cómo uno de sus trabajos llegaba a Netflix, algo que, dice, “me costó creer que estaba pasando”

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Siempre hay un argentino. Una máxima tan cierta en la vida como en Netflix, pantalla donde distintos talentos nacionales han encontrado un lugar para llegar a todo el mundo, como protagonistas detrás de cámara de algunas de las historias más disfrutadas de los últimos tiempos. Relatos sazonados por una mayor pluralidad de formas de pensar, origen, cultura e idioma detrás de cámara que permite que las historias sean más enriquecedoras e inclusivas.

Los efectos para volver joven a Robert De Niro en “El irlandés”, por ejemplo, corrieron a cargo de Pablo Helman; la DJ Catnapp puso la música de la celebrada “Poco Ortodoxa”, Alejandro Cauderer a “Historia de un crimen: Colmenares”, y Federico Jusid a “7 años”; por allí se escucha también la magia musical de Gustavo Santaolalla, ingeniero de sonido de “Narcos: México”. El realizador de cine animado Juan Antín (“Mercano”) encontró en la plataforma hogar para su filme “Pachamama”, mientras que Sebastián Ortega llevó a Underground al escenario internacional con “LA Originals”, documental sobre la importancia chicana en la cultura callejera y el hip hop en Los Ángeles.

Y entre estos nombres figura el de Leandro Fernández. Dibujante y creador de cómics nacido hace 47 años en Casilda, trabaja desde hace años para Marvel Comics, DC Comics, Dark Horse, Oni Press y tantas otras editoriales de Estados Unidos y Europa, dibujando personajes emblemáticos como Wolverine, Punisher, The Hulk, Conan, Deadpool, los Avengers, Daredevil y The New Mutants. También ha colaborado en una serie de cómics de “Mad Max”cuando se lanzó “Mad Max: Fury Road”. Y estuvo nominado al Eisner, máximo galardón al que puede aspirar un hombre de la historieta, por “Queen & Country: Crystal Ball”, realizada con Greg Rucka.

Es con Rucka con quien Fernández gestó “La Vieja Guardia”, cómic que llegó en mayo en forma de película (¿y quizás de franquicia?) a la pantalla de Netflix, siendo encarnadas sus criaturas por estrellas de la talla de Charlize Theron y Chiwetel Ejiofor. Una historia sobre un grupo de mercenarios inmortales liderado por una guerrera llamada Andy (Theron), que ha luchado para proteger el mundo durante siglos. Pero cuando el equipo es reclutado para ejecutar una misión de emergencia y sus extraordinarias habilidades salen a la luz, Andy y Nile, la soldado más joven en unirse al grupo, tendrán que ayudar a sus compañeros a eliminar la amenaza de aquellos que buscan replicar y beneficiarse de sus poderes a toda costa.

Una superproducción de acción que se suma a las varias adaptaciones que la plataforma viene realizando en base a historietas (“Locke & Key”, “The Umbrella Academy”), algo que, señala Fernández en diálogo con EL DIA, puede impulsar la industria del cómic: “Tanto las películas como las series en Netflix tienen una exposición a un público mucho más numeroso que el del mercado habitual de historietas. Si esto despierta el interés de nuevos lectores, sin dudas es algo bueno e interesante. La experiencia de disfrutar una obra audiovisual es completamente diferente de la de leer un cómic, y hay mucha gente que simplemente no lo ha hecho nunca, no lo conoce. Si esto la motiva a ver de qué se trata, este nuevo público encontrará seguramente una manera diferente de transitar las historias. Del mismo modo que el público que sí conoce la historieta desde antes, puede tener una aproximación desde otro ángulo, con otra perspectiva”, analiza.

“LA VIEJA GUARDIA”

Fernández cuenta que cuando se enteró que “La Vieja Guardia” iba a ser una película que iba a llegar a todo el mundo vía Netflix, “la verdad es que me costó mucho comprender de qué se trataba la cosa, la magnitud de la noticia”.

“Sobre todo cuando íbamos transitando el proceso previo a la realización y se iban sucediendo las novedades... saber de los factores involucrados: la productora, la directora, cuando se iba conociendo el casting, cuando nos enteramos que Charlize iba a estar involucrada, no solo como actriz, sino como productora también... todo iba en aumento paso a paso, y me costaba creer que eso estaba pasando. Recién cuando vi la película en la plataforma pude sentir que era un hecho, y que era algo real”, agrega.

“Ver cómo actores tan talentosos y populares recrean personajes, cómo muestran en carne y hueso lo que concebimos como dibujos con Greg en nuestros solitarios estudios en diferentes lugares del mundo, es una emoción muy difícil de transmitir”, comenta sobre las sensaciones tras ver el producto final.

Fernández menciona su solitario estudio en un lugar remoto del mundo porque, a pesar de su trabajo constante para el exterior, vive en Granadero Baigorria, desde donde envía sus ilustraciones al mundo. “Sin dudas me siento parte de un colectivo cultural argentino en relación a la historieta”, afirma Fernández, que celebra la “industria muy prolífica y de gran calidad durante muchos años” que hay en el país.

DE ARGENTINA AL MUNDO

“Pertenezco a una generación que creció disfrutando de esas producciones”, dice, y cuenta que “si bien leía algo del cómic estadounidense de chico, lo que tenía más al alcance era lo que se generaba en el país, y eso fue formando mi manera de entender la historieta”.

Y eso, lanza, fue clave para su éxito internacional: “Probablemente esto haya sido lo que me haya abierto algunas puertas en la industria en Estados Unidos, al proponer algo con algunas características diferentes, no lo sé, pero supongo que algo de eso puede haber pasado”.

¿Es la historia de Fernández una actualización de ese mito de que el argentino tiene un talento especial y se adapta a todo, y es por eso que triunfa afuera? El dibujante no quiere ponerse “nacionalista”. “Con la historieta, en Argentina tenemos la suerte de haber generado un movimiento en otra época donde se dieron frutos extraordinarios, y eso tuvo consecuencias. Pero en general, también tenemos muchas dificultades y carencias. Y hay quienes, para seguir su camino tras sus deseos, o simplemente para sobrevivir, no se dejan vencer por eso. Entonces, al sortear tantos obstáculos, van desarrollando otras habilidades para conseguir sus objetivos. Esto yo lo percibo como un factor común en muchos argentinos que sobresalen en diferentes campos internacionalmente”, analiza.

“Pero, al mismo tiempo”, lanza, “soy muy crítico de cierta mirada que se suele tener sobre el asunto, y me temo que, por destacar estas facultades que hace que algunas personas se destaquen individualmente no se tenga una impresión realista y actualizada de estas cuestiones. La verdad es que hay muchísima gente talentosa, formada, destacada, en otros países del mundo, y si muchas veces cuentan con más recursos, es natural y lógico que también cuenten con más oportunidades”.

Al respecto, Fernández cuenta su propia historia: “Cuando empecé a dibujar historietas y me planteé la intención de vivir de esto, tuve que, necesariamente, poner mi mirada en lugares donde hubiera una industria activa que me permitiera concentrar mis esfuerzos en lo que más me interesa, que es dibujar. Esto fue en los ‘90, y por acá la cosa no era nada fácil... de hecho, era un disparate pensar en vivir de la historieta”.

Nacido en Casilda hace 47 años, trabajó para Marvel y DC Comics y ahora llegó a Netflix

 

“Pretender sostener una publicación local era todo otro trabajo que yo desconocía, no tenía energía para hacerlo y, lo más importante: dibujar lleva muchísimo tiempo y esfuerzo. Es muy difícil hacerlo y, a la vez, pretender trabajar de editor. Entonces entendí que tenía que buscar trabajo en algún lugar donde me permita estar mucho tiempo dibujando, para a su vez desarrollarme. Es por esto que, como pude, empecé a buscar trabajo afuera. Primero en Italia, después en Estados Unidos. Y de esa forma pude ir desarrollando una carrera, en la época que me tocó hacerlo”, sigue Fernández.

El dibujante no quiere generalizar, en tiempos donde muchos sostienen que hay que “escapar” del país para desarrollarse, pero “hablando puntualmente de mi actividad”, dice, “la intención era hacer algo de forma profesional y continua”. En Argentina era difícil, “y no solamente las condiciones para hacerlo son muy duras, ya que hay gente que lo hace, y se están produciendo cosas muy buenas, con un enorme esfuerzo y riesgo, sino que incluso se está haciendo muy difícil a quienes trabajamos para el exterior”, cierra el autor. “El contexto es muy desalentador y se hace muy duro conservar el entusiasmo cuando, en lugar de estímulos, se reciben solamente obstáculos de parte del sistema”.

 

Acento nacional
Leandro Fernández realizó la historieta “La Vieja Guardia” junto a Greg Rucka, quien escribió el guion para la versión de Netflix

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