Cayetano Catera

Una profunda consternación provocó en distintos ámbitos de la Ciudad, el fallecimiento de Cayetano Catera, un destacado empresario vinculado a la fundación de droguerías y farmacias locales que fue muy valorado por su tenacidad laboral y sus valores humanitarios.

Había nacido en Italia, el 17 de septiembre de 1937, pero en 1947 llegó a la Argentina junto a sus padres, Rosa Corvino, Juan Catera y a Antonio, su hermano mayor. Cursó sus estudios en La Plata y luego comenzó a trabajar junto a Antonio en la droguería Espodo.

Tiempo después, tomaron la decisión de fundar su primera droguería en el centro de la ciudad y le pusieron por nombre Droguería Catera.

Años más tarde, los hermanos se propusieron abrir una droguería en la ciudad de Dolores y fundaron la droguería “Santa Rosa”. El emprendimiento dio lugar a la apertura de otras farmacias junto a Juan, su hermano menor.

El año 1967 marcó para él un hito importante porque se casó con Alicia Cristina Porto, el gran amor y compañera de toda su vida. Inicialmente se radicaron en Dolores, pero luego sintieron el deseo de regresar a La Plata para instalarse y seguir con la actividad farmacéutica. La familia creció con los nacimientos de Marina, Bárbara, Juan Pablo y Costanza. También tuvo nueve nietos: Tomas, Virginia, Pedro, Lorenzo, Julia, Juan, Martín, Elena y Emilia.

En el terreno deportivo fue socio vitalicio de Gimnasia y Esgrima y socio fundador del Tenis Club de La Plata, deporte que amaba y que además le dejó entrañables compañeros. En su tiempo libre también disfrutaba de los viajes y de los prolongados encuentros con amigos.

Sus allegados destacaron que Cayetano fue una persona de gran carisma y generosidad que no dudaba en compartir sus conocimientos para capacitar a quien pudiera. También tuvo un gran talento para formar grupos de trabajo, en los que prontamente se posicionaba como un líder natural, siempre dispuesto a aconsejar y contener al que lo necesitara.

Cayetano fue un hombre sociable que expresó una gran bondad, nunca dudó en brindar su ayuda para hacer el bien de manera desinteresada.

Seguramente será recordado como un ser ejemplar que se hizo a sí mismo regido por sólidos valores y sin dejar de pensar en los demás. Alguien que, pese a su cuna italiana, quiso a la Argentina como su propio país y apostó con su trabajo a desarrollarse en ella junto a sus afectos.