Partidazo de Gimnasia, en una noche donde cada ataque fue medio gol
Edición Impresa | 5 de Enero de 2021 | 03:51

Una hermosa jugada de la que participaron José Paradela, Matías Pérez García y Lucas Barrios, los tres jugadores que ingresaron en el segundo tiempo, le aseguró anoche el triunfo a Gimnasia como visitante de San Lorenzo a los 43 minutos del segundo tiempo en el verdadero partidazo que anoche jugaron en el Nuevo Gasómetro. Eric Ramírez, de cabeza, había adelantado al Lobo, Ángel Romero marcó la inmediata igualdad, y lo referido, Barrios, sobre la hora selló el 2-1.
Los goles llegaron en el último cuarto de hora, pero las emociones se sucedieron desde que la pelota comenzó a rodar, porque atentos a la distancia que los separaba del puntero Banfield, que en el último turno completó la grilla de partidos en Córdoba, frente a Talleres, los dos salieron a ganar, dejando en un segundo plano los riesgos corridos en defensa. Brahian Alemán, confirmado pocas horas antes como titular, fue el eje alrededor del cual Gimnasia se movió en el primer tiempo, con laterales que ganaron metros, volantes con dinámica y variantes para llegar hasta el arco de enfrente, contra un San Lorenzo por la pasó mal en defensa, aunque dispuso también de opciones.
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Un par de movidas instrumentadas sostuvo el protagonismo de los Triperos en la etapa complementaria, las cuales le permitieron sacar ventaja de 1-0 a los 30 minutos, como una consecuencia lógica, y aunque enseguida lamentó la igualdad, a los 32, en un final de un arco al otro, buscando evitar un empate que no le servía a ninguno, donde cada ataque era medio gol, Paradela, Pérez García y Barrios se juntaron para quedarse con todo.
ALEMÁN, LA SORPRESA
La ausencia de los laterales Andrés Herrera, suspendido, Gino Peruzzi, por lesión, y Alexis Flores, positivo de Covid-19, determinó que por derecha Mariano Soso debiera improvisar con el uruguayo Ramón Arias, y la dupla
Mariano Messera-Leandro Martini tomó nota, disponiendo ni bien la pelota comenzó a rodar, inclinar el juego sobre esa región de la cancha, con Brahian Alemán a cargo de la organización del juego.
Así como el plantel albiazul sufrió bajas por un brote de coronavirus, los azulgranas llegaron a este encuentro en medio de una etapa de contagios que dejó a varios jugadores al margen. Pronto, ni bien el partido terminó de armarse, quedó en evidencia que, tanto uno como el otro, mostraban la mejor imagen cuando movían el juego a partir de la franja central, y que, por el contrario, exhibían debilidades en el plano defensivo. Eric Ramírez asustó en el primer ataque a fondo sobre el arco de Monetti, Nicolás Fernández y Alejandro Donatti respondieron llegando con posibilidades sobre Jorge Broun, y tras una aparición de Nicolás Contín, el arquero del Lobo evitó la apertura del paraguayo Ángel Romero, quien levantó por sobre la barrera un tiro libre que tras un manotazo de “Fatura” explotó en el travesaño. Alemán fue el organizador del juego, el receptor casi obligado, Ramírez complicó a partir de la movilidad, y mientras Víctor Hugo Ayala hizo notar la precisión de su pie derecho en cada jugada de pelota parada, Contín, quien lamentó que un pelotazo suyo golpeara en un palo tras desviarse en la pierna izquierda de Monetti, complicó a los centrales.
Un remate de Diego Rodríguez, que desvió Broun en otra buena intervención, y un gol anulado a Contín, a raíz de aparecer adelantado en oportunidad de una asistencia desde el sector derecho, y un inoportuno toque de Ramírez en la puerta del área, completaron una etapa inicial cambiante y plagada de situaciones que debieron haber quebrado la paridad que ninguno consideraba apropiada por el referido cuadro de situación a una fecha de la presente instancia del certamen. Con saldo favorable para Gimnasia en lo que respecta a la estatura futbolística, montada a partir del permanente adelantamiento de los laterales, de Harrinson Mansilla moviéndose como volante central retrasado, casi como un tercer marcador central, y una dinámica a partir de la línea de medios que llegó a confundir a un rival que si bien tuvo sus posibilidades, sufrió en la misma proporción, lo cual no es poco recordando el panorama al cual se debió acomodar tras la muerte de Diego Maradona, el inmediato alejamiento de Sebastián Méndez, principal referente del cuerpo técnico encargado de la etapa anterior, y la designación, de apuro, en forma interina, de Messera-Martini, quienes lograron una clara evolución positiva.
LLEGARON LOS GOLES
Alemán se recostó sobre la derecha en el segundo tiempo, con Ramírez mostrándose como posible primer receptor y Miranda apareciendo ahora por la izquierda, y la movida le sirvió a los Triperos para imponer condiciones en la etapa complementaria, controlando a un Ciclón al que el arco de enfrente le quedó demasiado lejos. Ni siquiera los hermanos Romero pudieron modificar esta tendencia, en particular porque no vieron otra alternativa que la de buscarse mutuamente, dejando sin chance al resto. Una gambeta de Monetti, que corrió peligro por quite de Contín, y un inmediato cabezazo del Tanque, desviado, aprovechando una escalada de Matías Melluso, certificó el predominio de Gimnasia en un partido con menos llegadas francas sobre los arcos, aunque movido y con una permanente sensación de gol. Pronostico que se cumplió sobre la media hora: primero a través de Ramírez, conectando de cabeza un centro levantado por Ayala, y un par de minutos después, vía Ángel Romero, tras pelotazo cruzado por su hermano Óscar.
El empate no era negocio para ninguno de los dos, porque los dejaba fuera de la discusión antes que Banfield entrada anoche a la cancha, y en un final electrizante, de ida y vuelta, Lucas Barrios puso justicia en el Nuevo Gasómetro.
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