Los objetos personales de Noel Sbarra, a la venta
Edición Impresa | 17 de Diciembre de 2021 | 02:18

Noel H. Sbarra es una marca histórica de la Ciudad. Tanto que no sólo un hospital emblemático lleva en La Plata su nombre -la ex Casa Cuna- sino que también una placa colocada por la Municipalidad el 19 de noviembre de 1982 en la entrada de lo que se fue la vivienda del pediatra lo recuerda como “médico y humanista”. Todo el patrimonio personal y compartido con su esposa, esos objetos que fueron parte de su vida cotidiana, están a la venta.
Con una feria “garaje” que tendrá lugar en la casa de dos plantas de 45 entre 13 y 14 este domingo, de 10 a 19, se terminarán de liquidar muebles, cuadros, esculturas, vajillas, piezas de cristalería, platería y cerámica. La mitad de esos enseres tuvo nuevos dueños el fin de semana pasado, cuando la familia del médico lanzó la primera oferta al público vía redes sociales.
Noel Humberto Sbarra estuvo casado durante treinta años con la odontóloga -una de las primeras ortodoncista de la Ciudad- Celia Ford. La pareja, muy unida, con una intensa vida social, amante de las artes y al servicio permanente de las necesidades sociales, no tuvo hijos. Se rodeó, entonces, de numerosos sobrinos, de uno y otro lado. Con algunos, un poco más cercanos que otros, estableció un vínculo muy fuerte. Lo mismo con los sobrinos nietos, con quienes el matrimonio se posicionó en el rol de abuelos.
Quien fuera 27 años director de la Casa Cuna e Instituto de Puericultura (así se llamó hasta 1972 el actual “Hospital Zonal Especializado Noel H. Sbarra”) y falleció en 1974, fue dueño de una trayectoria que superó por mucho la profesión a la que se dedicó con cuerpo y alma: fue un obsesivo por el estudio, escribió varios libros dedicados a la vida rural, lector voraz, se interesó por diferentes aspectos de la cultura. En casi todas esas pasiones (menos en la actividad médica y en su condición de autor) coincidió con Celia. Y la variedad de cosas que ocupan la casa -que en algún momento se consideró un “museo” por la cantidad de obras que tapizaban las paredes- son un fiel reflejo de cómo vivió la pareja.
Dos sobrinas nietas de la “tía Yiyo” (así la llamaban), Mariana y Verónica Aladro, se pusieron al hombro, finalmente, la difícil tarea de desmontar esa querida casa visitada desde la infancia.
Celia falleció, a los 104 años en 2019, y hace unos meses las hermanas se tomaron el trabajo de ordenar, revisar y catalogar no sólo muebles, pinturas y utensilios, sino también cartas y miles de libros. Lo primero que hicieron fue ocuparse de la biblioteca del matrimonio Sbarra-Ford: 5.000 volúmenes que fueron vendidos o donados (los de medicina, todos al Hospital de 8 y 67, igual que una colección epistolar firmada por distintas personalidades de la época). Después, llegó la clasificación de los juegos de porcelana; las copas y jarras de cristal; los muebles que la misma Celia, tras diseñarlos, mandó a hacer a un reconocido carpintero platense; una variedad infinita de adornos; y artefactos de iluminación.
En rigor, hay de todo a la venta, pero para puntualizar en algunos ejemplos se pueden mencionar sillas de varios estilos, lámparas de escritorio con tulipas clásicas, un teléfono “candelabro” (el típico de fines del siglo XIX y principios del XX) y obras originales de Berni, Pettoruti, Badíi, Elosegui y Alzugaray, entre otros artistas plásticos reconocidos.
De la venta del arte se ocupa el arquitecto y marchante Gustavo Gorik.
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