VIDEO. Marisa Pereyra Trevisiol, el sentimiento en el arte: "La pintura forma parte de mi aire"

“Soy pintora. Artista plástica me parece mucho”, así comienza la entrevista que Marisa Pereyra Trevisiol ofreció al diario El Día para contar sobre su pasión. La pintora platense tiene su taller en 1 y 529, donde sus obras descansan y le dan color a la cuadra.

Durante el mes de marzo de este año en el centro cultural de la Plaza Islas Malvinas, se festejó el Mes de la Mujer y Marisa fue una de las que se presentó a una experiencia personal única. Sus cuadros decoraron las paredes junto a los de sus colegas de la Ciudad. 

Si todo va bien, en mayo del año que viene podría viajar con su arte a Trento, Italia para exponer y vivir un momento irrepetible en la vida de una artista. 

Su historia con la pintura comenzó en pos de seguir los pasos de un ser muy querido. “Fue a los 16 años para imitar a mi madrina. Empecé a tomar clases y me gustó”, cuenta a este diario. Tuvo un tiempo en donde los pinceles descansaron, su mente se bloqueó pero una pérdida familiar la hizo “despertar” nuevamente.

“Saqué la valijita y arranqué otra vez”, revela Marisa. “Fueron tres o cuatro años que dejé los pinceles. Sentí que había cerrado un ciclo. Mi profesora se había ido a vivir a otro país así que decidí dejar”, agrega.

“Hice mi duelo a través de la pintura”

El arte de pintar está relacionado directamente con el sentir personal y eso es algo que Trevisiol tiene muy en claro: “El sentimiento para pintar está todo el tiempo. Hay cosas que son más proyectadas pero siempre está el sentimiento”. En este punto, señala a una obra de un barco de papel que tiene un significado muy especial: “Esta pintura refleja una etapa de dejar atrás la niñez”.

En esta línea, esta pasión que la pintora platense tiene la hizo descubrir que a través de los colores, puede viajar a dónde quiera. “Este es mi espacio y cuando pinto, me voy a donde quiero. Viajo a lo más puro, que es mi alma, e intento transmitirlo”, describe Marisa.

Al momento de responder por qué o para qué pinta, a Trevisiol no le tiembla la voz. “Para vivir. Forma parte de mi aire. Si fuera por lo económico, no podría pintar. Sería un trabajo”, afirma. Para ella, al momento en que el pintor convierte su arte en “signo pesos”, se pierde la esencia de la pintura. 

“A veces me peleo con los pinceles”

El arte es sentimiento, tanto para lo bueno como para lo malo. Así lo siente, transmite y comparte Marisa Pereyra Trevisiol: “Hay días que no quiero venir y cuando cruzo la barrera de entrar, me doy cuenta que es el lugar a dónde tenía que venir para salir de ese estado negativo que uno tiene”.

Empezar, seguir y ¿terminar?

La pintora platense le comentó a este medio que al principio se abocaba más a los paisajes pero luego se acomodó en lo abstracto, que le permite volcar todo lo que tiene dentro. “Hoy elijo lo abstracto, que me permite volar, y la aerografía. Todo tiene que ver con los estadíos. Como los colores, depende de cómo estás”, admite.

Si hay un mensaje que le gustaría dejar es que para empezar esta aventura artística no hay edad. “Tengo un proyecto hace años donde busco personas que no forman parte de mi círculo íntimo, compartimos una noche de pintura y me llevó muchas sorpresas. Hay gente que no tocó un pincel en su vida y desde ahí, no lo soltó”, destaca Marisa.

Si de terminar un cuadro se trata, ella sabe que está listo “cuando yo decido”. Sin embargo, no se pierde de las opiniones de los demás y disfruta de saber “qué genera en el otro”. Desde su lugar invita a explorar en esta rama artística tan rica y personal: “Me encanta la idea de que se nos dé el lugar a los más jóvenes dentro de las exposiciones y que no se cierre siempre en el mismo círculo”.

 

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