Marcos Pastorini

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Causó un hondo pesar el fallecimiento de Marcos Pastorini, quien llegó a La Plata de su Lobos natal en 1974, a estudiar el profesorado de Educación Física. Entonces se enamoró de esta ciudad y le entregó todo su amor, su trabajo y su compromiso social.

Deportista múltiple, en sus tiempos de facultad viajaba al club Quilmes, donde llegó a ser arquero de la primera división de fútbol.

Fue docente en numerosas escuelas de la Región y en 1987 asumió la Secretaría de Deportes de la provincia de Buenos Aires, durante el gobierno de Antonio Cafiero. Promovió durante su gestión el atletismo y el deporte amateur.

Luego fue funcionario del Senado bonaerense y del municipio de La Plata. Fue mentor, desde el cargo comunal, del maratón 8 km, un sello del atletismo local durante muchos años. Asimismo, impulsó la iniciativa de las colonias infantiles de verano y el tendido de las primeras bicisendas y ciclovías de la Ciudad.

Peronista militante, integró al Ateneo Eva Perón de La Plata en 1985 y se convirtió en un referente de ese espacio y del partido Justicialista platense en general. Se destacó, en ese sentido, por su vocación de servicio, su entrega sin límites, su paciencia en la búsqueda de consensos, su capacidad organizativa y su lucha por los derechos humanos.

Es que, señalaron sus allegados, su generosidad, sentido de la solidaridad y defensa de la justicia no distinguía colores partidarios.

Fundó decenas de instituciones, deportivas y culturales, como así también unidades básicas en la mayoría de los barrios platenses: las bibliotecas “Díaz Pérez”, de City Bell y “Paco Urondo”, en el casco urbano; los comedores comunitarios “Ojitos brillantes” y “Corazones valientes” en San Carlo; el ateneo de San Lorenzo; el club de fútbol infantil “Defensores de Santa Ana”, en Melchor Romero; el centro cultural La Colmena; y el Centro de Jubilados de Villa Alba, fueron entre muchos otros, fruto de su trabajo incansable.

De su amor con su compañera Patricia, nacieron Franco y Victoria; radicó su hogar en Gonnet, desde donde desarrollaron variados emprendimientos comerciales y turísticos.

Llegada la pandemia del Covid-19 se puso al hombro el trabajo del Comité de Crisis de su barrio, con un valioso aporte, además, a los de San Carlos, San Lorenzo y City Bell. En su convencimiento de que “nadie se salva solo” entregó todo de sí a esas causas.

 

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