La polarizada campaña peruana
Edición Impresa | 31 de Mayo de 2021 | 02:22

Carla Samon Ros
Con más torpezas de los candidatos que aciertos estratégicos, la polarizada campaña electoral peruana se acerca a su fin para dar pie a que más de 25 millones de ciudadanos elijan el próximo domingo entre dos visiones diametralmente opuestas el futuro presidente del país. Las encuestas dan un empate técnico.
En medio del embate de la pandemia, Pedro Castillo y Keiko Fujimori miden fuerzas en una justa que augura pocas salidas a la grave crisis política en la que ha estado sumido el Perú desde 2016.
Con un 19 % de los votos válidos, Castillo logró un sorpresivo triunfo en la primera vuelta electoral, aupado por el voto izquierdista pero conservador del campo andino, que alzó su voz frente al centralismo limeño, la clase política tradicional y la corrupción sistemática del aparato estatal.
Natural de la humilde provincia andina de Chota, este maestro rural y líder sindicalista postula a la presidencia por Perú Libre, un partido “marxista-leninista” que aboga por un “cambio profundo” en el país. Nueva Constitución, un Estado fortalecido con control sobre la economía, nacionalización de empresas y mayores impuestos para la explotación de los recursos naturales del país son algunas de sus recetas.
Todo contrasta con la continuidad que ofrece la candidata del partido derechista Fuerza Popular, Keiko Fujimori, hija y heredera política del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).
En su tercer intento por convertirse en la primera mujer al frente del Estado, apuesta por la permanencia del modelo económico neoliberal y la carta magna vigente desde 1993. (EFE)
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