Terror en el aeropuerto: miles de personas buscan la salida
Edición Impresa | 23 de Agosto de 2021 | 01:13

KABUL
Durante todos estos días, el símbolo de la angustia por escapar de los talibanes ha sido notorio el caos, y el terror, en el aeropuerto internacional de Kabul, con miles de personas buscando subir a los aviones para ser evacuados.
Hay empujones, estampidas, disparos al aire de las fuerzas de seguridad, golpes, bombas de humo y explosiones disuasorias, pero una mayoría de los que permanecen allí, algunos de ellos con niños y bebés, no desisten.
Al menos siete civiles murieron en el aeropuerto por el desorden durante la última semana. El presidente de EE UU, Joe Biden, insistió ayer en que esperan completar la evacuación de Afganistán para el 31 de agosto, aunque advirtió que el operativo podría extenderse dada la peligrosidad en el aeropuerto de Kabul y el riesgo de ataques terroristas.
AFERRADOS AL PODER
Mientras, cumplió ayer una semana bajo control de los talibanes, que tomaron la capital sin oposición alguna al tiempo que el presidente afgano, Ashraf Ghani, abandonaba el país. Desde entonces, los islamistas han querido demostrar al mundo que su régimen es tolerante e inclusivo, algo que muchos aún no se creen.
“No queremos que nadie salga del país, este es su país, esta es nuestra patria común, tenemos valores comunes, religión común, nación común. Hay una amnistía general, por lo que no habrá hostilidades”, afirmó el martes pasado el principal portavoz talibán, Zabihulla Mujahid, en la primera rueda de prensa tras la victoria.
Mujahid, que se mostraba por primera vez en público en décadas a pesar de ser uno de los líderes talibanes más citados por los medios de comunicación, insistió en que el grupo islamista había perdonado “a todos por el beneficio y la estabilidad en Afganistán”.
Los gestos de los talibanes hacia la comunidad internacional se sucedieron entonces para mostrar que su nuevo régimen no era el mismo que se caracterizó por su conservadurismo extremo entre 1996 y 2001, relegando a las mujeres a las tareas del hogar.
Una de las imágenes que muchos destacaron fue cuando una de las presentadoras de televisión del canal afgano Tolo entrevistó en el noticiero matutino a un representante talibán, algo impensable hace más de dos décadas, cuando las mujeres solo podían salir de sus casas en compañía de un hombre de la familia.
Otros representantes talibanes también se han esforzado en mostrar en las redes sociales cómo las niñas volvían a las escuelas en algunas partes del país, dentro del nuevo discurso en el que aseguran que la mujer podrá trabajar o estudiar, aunque siempre dentro de los límites que marca la ley islámica o sharía, que regirá el nuevo régimen.
Ese nuevo Gobierno está en proceso de formación, con líderes talibanes como el mulá Abdul Ghani Baradar, cofundador de los talibanes y jefe de la oficina política de los insurgentes en Catar, implicado en las consultas en Kabul desde este fin de semana. Las reuniones incluyen también a personalidades del bando derrocado, como el expresidente Hamid Karzai.
ESCEPTICISMO
Sin embargo, son muchos los que no se creen este nuevo discurso, y piensan que no es más que una buena campaña de promoción por parte de los talibanes, que han aprendido de sus errores del pasado, pero que se mostrarán realmente como son en cuanto el mundo deje de mirar hacia Afganistán.
Algunas mujeres han tenido el valor de mostrarse en videos colgados en las redes sociales o de salir a la calle en Afganistán con pancartas, reclamando que ya comenzaron a perder muchos de sus derechos. Es el caso de un grupo de empleadas estatales, que pidieron mantener sus puestos de trabajo en el nuevo gobierno, ya que a algunas se les impidió el regreso.
“Los talibanes eran y son un grupo insurgente. Han traído a decenas de hombres armados. No están organizados y la gente les teme. No saben cómo administrar un gobierno. Harán sufrir a l35 millones de personas, ya lo están haciendo”, aseguró en Twitter la activista Samira Hamidi.
De hecho, los bancos permanecen cerrados, el precio de los alimentos se ha duplicado, no se sabe nada de la ayuda humanitaria a los desplazados internos, la gente no puede adquirir tarjetas telefónicas, internet es muy lento o no hay, y las oficinas gubernamentales están cerradas. (EFE)
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE