Tras los tropiezos, el Presidente volvió a la campaña bonaerense
Edición Impresa | 1 de Septiembre de 2021 | 04:04

Emiliano Russo
efrusso@eldia.com
Luego de quedar sumergido en varias polémicas que lo alejaron de la campaña bonaerense, el presidente Alberto Fernández encabezó ayer un acto en Tecnópolis con los candidatos de “Todos” en el que reivindicó su gestión y la contrastó con la del macrismo. Rodeado de su gabinete y de algunos intendentes, el jefe de Estado intentó retomar la iniciativa en la etapa proselitista, convocó a los militantes “a salir a convencer a los argentinos que dudan” de la recuperación económica que hoy intenta publicitar el oficialismo y se permitió bromear, en sintonía con la ya polémica frase sobre peronismo y el sexo de Victoria Tolosa Paz, que se vienen tiempos de “disfrute”.
Se trata, a la postre, de un intento de sortear el discurso del ala kirchnerista de la coalición de que el eslogan “la vida que queremos”, recién llegará a comienzos del año próximo cuando la actividad logre repuntar definitivamente. No es una lectura ingenua: hay encuestas que muestran que un agotamiento de parte de la sociedad por la pandemia y que la caída del ingreso real que ya lleva más de tres años consecutivos, han hecho bajar los números de intención de voto del oficialismo en la Provincia.
Un funcionario que participa en el diseño de la campaña minimizó el vuelco discursivo que ayer utilizó el primer mandatario para poner en agenda la cuestión económica. “Para llegar a esa vida que queremos tenemos que atravesar la pandemia dejando parado lo mejor posible la estructura productiva y los ingresos. Sin lo que se hizo con eso iba a ser imposible”, remarcó aunque admitió que subyace la idea en el discurso oficial que “ya estamos listos” para cumplir con el postergado eslogan de 2019, de encender la economía. Contemporadizador, no cuestionó la cautela que hoy muestra el kirchnerismo sobre cuándo se sentirá la mejora en los bolsillos: “Todos hablamos de más bonanza hacia el futuro. Es imprescindible”.
Fue en este contexto, que ayer se observó al Presidente exponer esta idea que la recuperación económica ya empezó. A diferencia de actos anteriores, hubo un intento por mostrar en las pantallas distribuidas en el predio de Villa Martelli gráficas que mostraban un crecimiento de la actividad respecto a 2019: la suba estimada del PBI del 8 por ciento para 2021, de la obra pública del 68 por ciento o de la producción industrial del 11,7 por ciento.
Recuperar espacios
También fue un intento por recuperar la escena luego de los continuados traspiés oficiales en los que se vio inmerso, como fueron la foto de su participación de la fiesta en Olivos de la primera dama y la consiguiente estrategia judicial que adoptó para minimizar el escándalo y su tácito aval a la docente de La Matanza que la emprendió a gritos contra un alumno -que no fue acompañado ni por Tolosa Paz ni por el candidato porteño Leandro Santoro-, entre otros episodios. Ayer incluso se permitió bromear con la definición de connotación sexual de la postulante de origen platense en momentos en que enumeraba varias medidas que tomó el Gobierno para la post pandemia: “Bienvenido sea que después de tanto dolor salgamos al disfrute”. Y casi al finalizar su alocución dio otra referencia elíptica a la polémica frase de la candidata: “Bromas aparte, somos un movimiento que ama al pueblo, donde el amor no nos complica la vida, al contrario, nos hace feliz”, fundamentó.
Con fuertes retrocesos en las encuestas sobre su imagen, el jefe de Estado utilizó la mayor parte del discurso para apuntar contra la oposición y graficó que en los próximos comicios habrá “dos modelos de país en pugna”, el que asimila a su gobierno como un estado “igualador” y el que, según su parecer, intenta moldear “Juntos” donde “no cree en la justicia social” y de un modelo meritocrático en el que “cada uno debe salvarse solo”.
En la platea distribuida al aire libre de la megamuestra, se observó al gabinete a pleno, encabezado por Santiago Cafiero y a una reaparecida Vilma Ibarra (Legal y Técnica), al gobernador Axel Kicillof –el resto de los mandatarios peronistas participaron de manera virtual- y a un grupo de intendentes, entre los que se contaban Martin Insaurralde (Lomas de Zamora), Mariel Fernández (Moreno), Federico Achaval (Pilar), Mariano Cascallares (Almirante Brown), entre otros. Ninguno de filiación kirchnerista. Tampoco estuvo presente la Vicepresidenta ni su hijo Máximo.
Interna frágil
Con todo, Fernández hizo un llamado a la unidad y cuestionó a los medios y a los opositores que quieren que rompa la coalición. “Hoy leía un tuit del Cuervo (Andrés Larroque) que decía que a Alberto lo castigan porque no traicionó a Cristina. No voy a traicionar a Cristina, no voy a traicionar a Máximo, no voy a traicionar a Massa, ni a ninguno de ustedes, no voy a traicionar al pueblo que me votó”, concluyó el Presidente, enigmático.
Sin embargo, en medio de la incertidumbre que parió la pandemia, en el oficialismo admiten que la unidad, aunque sea frágil, es la más valorada política que reflejan las encuestas.
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