Polémica en la Corte: Aníbal Fernández pidió ampliarla
Edición Impresa | 26 de Septiembre de 2021 | 04:50

En medio de la polémica por la elección del nuevo presidente de la Corte Suprema, apareció Aníbal Fernández. El nuevo ministro de Seguridad sostuvo que el alto tribunal “con todos los gestos lo que hace es autoesmerilarse de una manera innecesaria” y se mostró partidario de ampliar el número de integrantes.
“Es imperioso que se le empiece a encontrar la vuelta. Repito mi posición personal, que no es la de los ministros ni la del Gobierno, habría que empezar a poner una ampliación”, afirmó Fernández.
“La realidad es que la composición de 1853 era de nueve (miembros), después, en 1869, cuando se incorpora la Provincia de Buenos Aires y ya somos la Nación Argentina, se transformó en una Corte de cinco y sigo creyendo que habiendo tantos países con tanta cantidad de miembros de la Corte podría ayudar mucho a solucionar temas de estas características”, añadió quien fuera ministro de Justicia entre 2007 y 2009.
“Porque el impacto de uno solo de los ministros hace que esté en juego el 20% de la totalidad de la composición. Y eso es algo que no tendría que ser tan contundente”, concluyó.
El alto tribunal quedó inmerso en una fuerte polémica luego de que fuera electo Horacio Rosatti con el voto de tres de los cinco miembros. Para lograr la mayoría, el propio Rosatti se votó a sí mismo.
Todo el proceso está marcado por una fuerte tensión debido a los cuestionamientos de Ricardo Lorenzetti a los mecanismos de esa elección.
Según estimó Lorenzetti, en una extensa misiva que envió a sus colegas a través de un correo electrónico, la designación de Rosatti, a propuesta de Juan Carlos Maqueda, con el apoyo de Carlos Rosenkrantz, “violó la tradición de la Corte en la materia y las reglas de la cortesía”.
Lorenzetti explicó que hasta allí las elecciones del presidente se hacían dentro de los acuerdo ordinarios y que, por algún motivo que desconoce, Rosenkrantz convocó a un acuerdo extraordinario para elegir autoridades el jueves último, a sabiendas que él se encontraba representando al tribunal en las reuniones del Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado, donde actúa “en calidad de miembro del Governing Council”.
“Esa decisión apresurada los obligó a la designación del presidente y del vicepresidente con la sola presencia de tres jueces, votándose a sí mismos”, cuestionó Lorenzetti.
En el texto que remitió a sus colegas, Lorenzetti sostuvo que “la decisión adoptada en el acuerdo del día jueves 23 de septiembre (en el cual se refrendó la presidencia de Rosatti) se asemeja notablemente a un caso similar ocurrido con ocasión de la elección del doctor (Julio) Nazareno”, ocurrida en 2000.
“Lamentablemente repite uno de los vicios de algunos de los jueces de aquella composición del Tribunal, moral y jurídicamente descalificados, y que se habían superado hace más de una década. Se había logrado una confianza, transparencia y participación que este tipo de actos afecta gravemente”, indicó el expresidente de la Corte.
un bochorno
En la Corte, contestaron desde la vocalía de Rosatti, según la agencia oficial, que existe una larga lista de ministros que se votaron a sí mismos y también recalcaron que el presidente tiene la facultad de convocar a acuerdos extraordinarios cuando lo juzga necesario. “La carta de Lorenzetti genera ruido, es un bochorno, pero no condiciona a nadie”, evalúan en el Palacio y confían que la dinámica del tribunal se acomode en los próximos días, cuando baje la espuma del cambio de autoridades y de etapa.
También recuerdan en la Corte que en oportunidad del cambio de autoridades de 2018, cuando Rosenkrantz asumió en lugar de Lorenzetti, el presidente saliente también dirigió una carta al resto de los ministros, que hizo pública, rechazando el proceso que lo sacó del máximo cargo dentro del sistema judicial.
La pretensión de Lorenzetti de volver a ser presidente chocó contra el desgaste de casi una docena de años en el cargo, como tampoco favoreció a Rosenkrantz para su reelección una gestión que sus colegas consideran pobre y deslucida.
Con los dos expresidentes con pocas chances, y con Maqueda y Elena Highton de Nolasco sin pretensiones de ocupar ese sillón, Rosatti apareció como la alternativa superadora.
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