Inquietud de pediatras y nutricionistas por un auge de la obesidad infantil

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Un informe publicado ayer en este diario reflejó la preocupación de pediatras y nutricionistas por el aumento de la obesidad infantil en nuestro país, como resultado de la pandemia que impuso distintas limitaciones a las actividades físicas y deportivas y del “picoteo” constante de muchos chicos y adolescentes que, por ello, aumentaron de peso en el último año.

“Ya veníamos con unos datos impresionantes de obesidad, con un 41 por ciento de chicos con sobrepeso, cuando apareció la pandemia de Covid, que está generando aún más obesidad”, señaló una especialista de la Sociedad Argentina de Nutrición. Según un estudio realizado por esta entidad, seis de cada diez argentinos subieron de peso durante el aislamiento social y aquellos que tenían sobrepeso antes de la pandemia de Covid tuvieron un 42 por ciento más de chances de engordar.

Cabe reseñar que en diciembre del año pasado se publicaron en este diario datos de la última Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNyS), en los que se aludió a un verdadero auge de la obesidad infantil en nuestro país, al punto de que el sobrepeso y obesidad alcanzaban, como se reiteró ahora, a más del 40 por ciento de los chicos, con una prevalencia en menores de 5 años de edad del 13 por ciento, pero que en el grupo de entre 5 a 17 años de edad la cifra brincaba hasta el 41,1 por ciento de esta franja etaria. Los observadores advertían entonces que las cifras mostraban por si solas la gravedad de un problema que también afecta al resto de la población argentina.

Para pediatras y nutricionistas, las restricciones sanitarias no sólo aumentaron el nivel de sedentarismo al limitar las actividades deportivas sino que también disminuyeron las horas de sueño y dispararon el consumo de alimentos con alto contenido de grasas y azúcares entre la población infantil.

Un estudio realizado en Italia, que fue tomado como referencia por profesionales del Hospital Garrahan, mostró que pacientes niños y adolescentes no manifestaron cambios favorables respecto de la ingesta de vegetales ni frutas durante la pandemia y, por el contrario, aumentaron hasta cinco veces el consumo de snacks, carnes rojas y bebidas azucaradas durante el período más crítico del aislamiento social.

Aunque reconocen que el contexto pandémico ciertamente no ayuda a tener una relación saludable con la comida cualquiera sea la edad, cuando se trata de los chicos los nutricionistas resaltan la importancia de ayudarlos a construir buenos hábitos alimentarios, una tarea que exige dedicación cotidiana y un comienzo temprano.

Desde hace mucho tiempo se conocen informes médicos indicativos de que cada vez más chicos tienen colesterol alto, como consecuencia de la mala alimentación y el sedentarismo. Especialistas médicos concluyeron que al realizarse últimamente un trabajo de detección selectiva, se encuentran muchos diagnósticos de hipercoleterolemia en niños que presentan sobrepeso y obesidad.

Como en tantas otras enfermedades, resulta necesario que se promuevan -especialmente desde los ámbitos oficiales de salud- distintos programas de prevención así como también intensas campañas de concientización en la población. Básicamente, tal como lo indican los especialistas, hacen falta más lugares que puedan destinarse al tratamiento de los chicos, impulsándolos a realizar actividades físicas y a desarrollar una vida más sana que la que llevan. Tal como señaló una especialista, el tratamiento de los menores se estructura sobre dos pilares: la dieta y la actividad física.

 

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