“E.T., el extraterrestre”: 40 años de un filme que hizo historia y marcó una época

Fue la película más taquillera en su momento y, por sus cuatro décadas, se prevé un reestreno mundial. En Argentina la obra de Spielberg se relanzará el 3 de noviembre

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Un clásico cinematográfico no necesita de mucha presentación para reconocerlo. A veces basta con una imagen, una frase o una simple melodía. Quién, sino, podría desconocer esa imagen icónica de la bicicleta volando contra un cielo de luna llena o esa frasesita pronunciada con la voz cascada que dice “Mi casa...”. Sólo con esas pistas sabemos que hablamos de “E.T., el extraterrestre”, una película de la que ahora se cumplen cuarenta años y que, además de cautivar a toda una generación de pibes, hizo historia en la pantalla grande y marcó fuerte una época. Para celebrar el aniversario, el film se reestrenará en los cines de casi todo el mundo y a las pantallas locales llegará el 3 de noviembre. ¿Cuántos adultos volverán a verla acaso para recuperar un instante de su infancia?

Dirigida por Steven Spielberg, la película cuenta la llegada de un extraterrestre a la Tierra que se queda abandonado en el planeta porque su nave se olvida de él al emprender el regreso; a partir de allí, vive una aventura de la mano de un niño (Elliott) y sus hermanos, los cuales intentan la forma de que el pequeño extraterrestre regrese a su planeta antes de que lo encuentren los científicos y la policía.

Al momento de su estreno -en junio en EE.UU. y en diciembre de 1982 en Argentina-, la película obtuvo muy buenas críticas por parte del público en general y de la crítica especializada. Para el año siguiente, fue nominada a los premios de la Academia, donde se alzó con el Oscar en las categorías Mejor banda sonora, Mejor sonido, Mejor edición de sonido y Mejores efectos visuales; además, fue nominada a Mejor película, galardón que finalmente obtuvo Gandhi, de Richard Attenborough.

Con el pasar de los años, como se dijo, se volvió un clásico y varias de sus escenas, verdaderos íconos de la historia del cine. Tal es así que no será la primera vez que se hace un reestreno de esta cinta, dado que anteriormente, en 2002, había vuelto a la gran pantalla para el 20° aniversario. En su momento, Spielberg había dicho que el objetivo era revivir esa infancia de la que uno fue parte: “Es imposible volver a la infancia, pero sí es posible volver a sentirse como si uno fuera un niño”, había mencionado.

LA INFANCIA PERDIDA

La película representa como ninguna otra el universo del genial Spielberg y su amor por los géneros cinematográficos. Su admiración por John Ford se manifiesta en la recordada escena en la que E.T. mira “El hombre quieto” (The Quiet Man, 1952) protagonizada por John Wayne y Maureen O´Hara, y Elliott besa a una nena imitando el famoso beso de aquel film. También hay citas a la saga de “La guerra de las galaxias”, en un duelo silencioso entre dos amigos taquilleros. Fue “La guerra de las galaxias” (1977), de hecho, la que rompió el récord de “Tiburón” (1975), y Spielberg volvió a ganar cuando E.T. le sacó a la saga de George Lucas el primer puesto en la taquilla de todos los tiempos.

Pero lo más personal es la representación de la infancia solitaria, uno de los temas favoritos del director. “E.T. fue un amigo que podría ser el hermano que nunca tuve y un padre que no sentí tener más”, declaró alguna vez Steven Spielberg.

Elliott está solo y por primera vez encuentra a alguien con quien estar. El director dijo que se inspiró en su propio imaginario de la infancia, algo que lo ayudó a sobrellevar la separación de sus padres. Melissa Mathison escribió el guión con todas las ideas del director, en una historia que es pura fantasía pero a la vez representa como pocas la sensibilidad de la infancia. Un detalle no menor: la película está filmada con la cámara a la altura de Elliott y E.T., por ese motivo los adultos aparecen mayormente cortados o vistos desde ese punto. Una decisión estética muy poco habitual pero con grandes resultados.

Nunca hubo una secuela, aunque se habló de hacerla en un par de ocasiones. Hoy resultaría casi imposible evitar una, pero en 1982 la película fue considerada tanto un éxito popular como una película artística, por lo cual quedó protegida de los deseos de extender el éxito en la dirección equivocada.

La propia película extendía su triunfo y, al decir de muchos críticos, no necesitaba una secuela para quedar inmortalizada. Hoy, cuarenta años después, el tiempo les dio la razón. Hoy sigue siendo considerada un clásico y les cambió la vida a millones de espectadores. El mes que viene, muchos chicos tendrán la oportunidad de verla por primera vez y hacerlo, como en los años ochenta, en la pantalla de un cine. Los adultos también tendrán esa oportunidad, aunque en su caso sólo sea para volver sentirse niños por un rato.

 

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