Osvaldo Santoro, el actor contó su pelea contra el cáncer
| 4 de Febrero de 2022 | 15:28

Osvaldo Santoro, el actor recuperado de un cáncer de garganta, contó por primera vez su pelea ante la traicionera enfermedad. Recibió el diagnóstico en 2021 y se mantuvo en silencio.
Su voz era inconfundible, incluso después de los alaridos en cada gol de Racing. Pero, de repente, algo empezó a fallar. Y comprendió que necesitaba ayuda.
Un año pasó entre las primeras señales, antes del diagnóstico. En las últimas obras teatrales que Osvaldo Santoro cuerpeó (Madre coraje y Quinto round) notaba su voz distinta. "Perdía mucho aire, iba al foniatra y él me decía 'no pasa nada, con ejercicio lo vamos a solucionar'. Hasta que caí en manos de un gran foniatra, Hugo Araujo, que me avisó: 'Vamos a ver que pasa ahí adentro'", cuenta después de un extenso silencio.
La noticia fue dura. Un tumor en cuerda vocal derecha. "Se me vino el mundo abajo, fue como si al carpintero le robaran el martillo o el serrucho. La herramienta de trabajo", admite. "Lo sacamos a tiempo. Si llegaba a avanzar había que extirpar la cuerda y se venía un proceso complejo".
De manera inmediata, llegaron dos intervenciones quirúrgicas en el Hospital Italiano. "Después de la primera operación, el tumor volvió a verse, y en la segunda operación se eliminó. La cuerda quedó un poco finita y fui a recuperación: 35 sesiones de radioterapia en el Fleming y ahora una fonorehabilitación una vez por semana". Contó emocionado Santoro
En el partido de Tres de Febrero Osvaldo Pascual es Cacho. Se lo puede ver en short y en ojotas, saludando a los vecinos y amigos.
"No quiero filosofar, quiero contar lo que me pasó. Tuve mucho miedo. En momentos pesimistas dije "bueno, se acabó la carrera, se terminó la historia". El miedo paraliza, pero con ayuda de mi familia y de mi amigo médico Enzo Domenichini, lo fui superando".
También reveló a la prensa que cree en la oración: "soy creyente de la energía que te da el otro, creo que ayuda notablemente. Soy cristiano, tengo de dónde aferrarme, soy alguien que cree mucho, pero no soy practicante, ni de difundirlo. Casi que es un acto mío para adentro, no para afuera"
Y el amor es más fuerte. María Inés sobrevuela su relato constantemente. Su amor nacido en fecha capicúa (27-01-1972) es a quien le entregó un anillo en 1973 y se lo quitó en 1983, cuando la economía apretaba y fue a una joyería de Caseros a empeñarlo. Juraba que era provisorio y le avisó a los vendedores lo que muchos juran: que volvería a llevárselo. Y cumplió.
Ahora, los anillos viven como encarnados en la piel del dedo anular. El de él lleva grabada la palabra "Marita", el de ella, "Osvaldo". Asimismo, recordemos que de esa relación nacieron Mariana y Pablo, padres de dos cada uno.
Finalmente, dejó un dulce mensaje entre sonrisas y optimismo verdadero: "La recuperación va a ser casi total. Podré sonar un poquito a Rod Stewart, me escucharán algún carraspeo, pero tengo fe. Al año tendré mis primeros controles, si todo va bien, serán después más espaciados".
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