Tormenta perfecta para alquilar: llegan estudiantes y no hay departamentos

Tras dos años de clases virtuales, la Ciudad recibe una fuerte demanda de viviendas. Coincide con una retracción del orden del 50% al 60% en el stock, que en algunas inmobiliarias lo asocian a la nueva la Ley de Alquileres

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“Llegan las camionetas cargadas con los muebles para ya instalarse, y así empiezan a buscar departamento los estudiantes, pero no encuentran”. La escena la describió el martillero Ramón Penayo quien, frente a la enorme cantidad de jóvenes estudiantes que vienen a instalarse en la Ciudad busca en las redes propietarios que coloquen en el mercado de los alquileres departamentos para poder satisfacer así el aluvión de la demanda. Ocurre que después de dos ciclos académicos sin clases presenciales, reaparecieron de golpe los chicos y las chicas que cursan en las facultades de la UNLP, a lo que se le suma que muchos propietarios retiraron unidades para la renta, en un ambiente de confrontación con la nueva Ley de Alquileres.

Dentro del sector de las inmobiliarias se vive este desfase de oferta y demanda con preocupación. En líneas generales, estiman que hay entre un 50 y un 60 por ciento menos departamentos que en épocas “normales” y las faltantes se dan, justamente, en las categorías más solicitadas por los estudiantes universitarios: las unidades de uno y dos ambientes. De la cartera de locatarios de la Ciudad, se aseguró, la mitad se orientan al segmento de los estudiantes.

Para completar el cuadro, tampoco hay lugar en las pensiones -ver aparte.

“Al propietario le cuesta porque si bien aumentó el alquiler, la inscripción en la Afip, los impuestos... no le rinde. Al inquilino le cuesta mucho y al propietario tampoco le queda tanto.

Otra cuestión que se da, es que antes los estudiantes cambiaban de departamento porque había oferta, ahora, como no hay, renuevan. Además, hay mucho cartel de venta”, opinó la martillera Gisela Agostinelli.

De acuerdo al comportamiento del mercado durante 2021, Agostinelli señaló que “de abril a agosto había un poco más de oferta” y en ese sentido puntualizó que “en septiembre fue automático: desapareció todo lo que había”.

Penayo, quien evaluó la situación actual como titular del SIOC (nucleamiento de inmobiliarias para la búsqueda de inmuebles), aseguró que el sector “trata de captar más alquileres porque es muy grande la demanda y no hay mucha oferta”. En su caso particular, según remarcó, “tenemos un montón de pedidos y no damos abasto”. Como parte de la estrategia desde su empresa se difunden pedidos a propietarios que dispongan de departamentos de un dormitorio o monoambientes con “alquiler garantizado”.

La mayor demanda de propiedades para alquilar, por ser los estudiantes los principales interesados, apunta a la zona de las facultades. Y el área más solicitada, según Penayo, va de 42 a la avenida 66 y de la calle 2 a la 12.

Según evaluó el martillero de la calle 4 y 48, un monoambiente dentro de la zona más demandada, tiene un costo mensual que oscila entre los 18.000 y los 25.000 pesos; un departamento de un dormitorio, entre 25.000 y 35.000 pesos; y una unidad de dos dormitorios, entre 45.000 a 60.000 pesos. A esos montos hay que agregarle, si el edificio fue construido antes de 2000, la boleta por los servicios sanitarios y la liquidación de las expensas.

Estela Valverde, con local en 58 entre 11 y 12, coincidió con sus colegas: hay una fuerte retracción por parte de los propietarios y no hay una disponibilidad acorde a las necesidades del mercado. “Las pocas unidades que había en enero se alquilaron en seguida. Ahora empiezan a entrar departamentos, pero se alquilan en 24 horas”, indicó la martillera quien, al mismo tiempo, resaltó que “se mantienen los mismos precios de hace un mes”.

Como se dijo, la escasez de propiedades para rentar que afecta directamente al sector estudiantil, se debe, en gran parte, a las disposiciones de la Ley de Alquileres. Un buen número de propietarios prefiere retirarse del mercado de los alquileres y hasta vender antes de ajustarse a esas pautas. Son dos las objeciones de los operadores inmobiliarios a la reforma. Por un lado se afirma que es perjudicial la extensión de la vigencia de los contratos, que pasó de dos a tres años, y el otro cuestionamiento es contra el modo de ajuste de los valores durante ese período, porque de acuerdo a la normativa se resuelve a partir de un índice que informa el Banco Central.

María Laura Bongiovani necesita mudarse y busca alquilar en el Casco. “No consigo nada. Lo que hay, que es muy poco, es imposible de pagar porque piden, para entrar, entre 90.000 y 100.000 pesos para un departamento de un dormitorio”, se quejó. Lleva dos meses buscando vivienda.

Desde fin de año se suma la demanda de ingresantes a la de estudiantes que se habían ido en 2020

 

 

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