“Las cosas que no te conté”: un drama sobre el después del amor
Edición Impresa | 7 de Abril de 2022 | 12:39

Cuatro estrenos renuevan la cartelera cinematográfica local desde hoy, y entre ellas una rareza: William Nicholson, nominado al Óscar por los guiones de “Shadowlands” y “Gladiator”, da un golpe de timón en su segunda película como director, “Las cosas que no te conté”, un drama romántico que sigue a un matrimonio que se separa tras 29 años.
Un proyecto profundamente personal para el guionista, que lleva años tratando de exorcizar el dolor que le produjo la separación de sus padres; ahora, pasados ya los 70, dirige su propio drama y por fin, dice, lo ha conseguido.
“Hacer esta película ha sido una especie de terapia, sobre todo porque cuando trabajas con actores tan magníficos como estos, acabas viendo aspectos, tanto de mi mismo, como de mis padres, en los que ni siquiera había pensado”, comenta el director y escritor.
Se refiere a los portentosos Annette Bening y Bill Nighy dan vida a Grace y Edward, y a Josh O’Connor, que interpreta a James, especie de alter ego de Nicholson.
La película comienza con los recuerdos de un niño feliz, que observa fascinado los pequeños crustáceos que quedan al descubierto en las rocas de una playa cuando las olas se van; al fondo, una mujer le vigila con media sonrisa. Ambos tienen detrás los blancos acantilados ingleses de Seven Sisters, un espectacular paisaje que no sólo abraza esta escena, sino que es el parte de la historia del propio Nicholson.
“Es la ciudad de mi infancia, donde crecí, la última ciudad del recorrido del tren, más allá no puedes ir, el tren se detiene ahí, es como el matrimonio”, apunta el guionista, que utilizará varias metáforas más para contar la historia de sus padres.
Hasta ese punto “Las cosas que no te conté” es un proyecto personal del reconocido guionista de cintas como “Mandela”, “Everest” o “Los miserables”, si bien en la vida real hay dos hermanas que no salen en la cinta. De hecho, Nicholson confiesa que, de no haber podido dirigirla él, el proyecto no hubiera progresado.
“Cuando eres guionista te frustra mucho no poder controlar tu propio material, en estos años he visto a directores hacer trabajos hermosos con mis guiones, pero también alguno que me lo ha estropeado totalmente”, se sincera, aunque sonríe y se niega a dar nombres: “No sería justo”, dice.
Añade que, por eso, “a lo largo de los años me desesperé por controlar mi trabajo y este en particular era muy personal, muy delicado”.
En la película, Grace, la madre, entretiene su tiempo recopilando poesías mientras prepara el inminente 29 aniversario de su boda, tan enamorada como el primer día. Pero Edward, un profesor de historia, se ve desde hace un año con la madre de uno de sus alumnos y es incapaz de confesárselo a su desconcertada esposa, tan religiosa que no concibe el divorcio.
El espectador ve la historia a través de los ojos del hijo, un treintañero que también tiene sus propios problemas para relacionarse, a veces, por lo mucho que se parece al padre, otras, a la madre.
“Toda buena película necesita un buen guion, cualquier película, ya sea drama, thriller o de superhéroes -considera el guionista, dos veces nominado al Oscar-, siempre necesitas un buen guion detrás, por eso hay tantas películas malas”, comenta con sorna, muy serio, haciendo gala de su humor inglés.
Un humor que se vuelve ácido en algunas de las escenas más duras en las que, de modo inteligente, provoca la carcajada. “Quería que hubiera tanto sentido del humor como fuera posible. Cuando tratas con tanto dolor a veces es imposible soportarlo, no se puede mostrar dolor todo el tiempo. Tienes que ir, venir, ir, venir... y eso acaba intensificando esa sensación”, apunta.
VUELVE SONIC
El drama romántico es solo uno de cuatro estrenos que llegan esta semana a la cartelera local, entre los cuales se destaca un tanque que, por una vez, llega con buenas críticas: la secuela de “Sonic”, el personaje del emblemático videojuego de Sega, sube la apuesta respecto a su entretenida primera parte con más personajes del elenco del fichín, guiños para los fanáticos y un tono aventurero, fresco y liviano.
Las aventuras comienzan para Sonic tras irse a vivir a la ciudad de Green Hills: nuestro erizo azul tiene muchas ganas de demostrar que puede ser un verdadero héroe al llegar, y su gran reto se presenta con la vuelta del malvado Robotnik, en esta ocasión con un nuevo compinche, Knuckles, clásico personaje del videojuego. Ambos andan a la busca de una esmeralda que tiene el poder de destruir civilizaciones. El erizo azul forma equipo con su propio compañero de fatigas, Tails (“Colitas”, para los que siguieron la serie animada en los 90), y juntos se lanzan a una aventura que les llevará por todo el mundo en busca de la preciada gema, para evitar que caiga en manos de los villanos.
También llega a la cartelera una de las películas preferidas de Barack Obama en 2021: “C’mon C’mon”, un sutil drama indie sobre la conexión entre adultos y niños, marca el regreso de Mike Mills (“Beginners”) al cine y el retorno de Joaquin Phoenix a la pantalla tras “Joker”.
La película sigue a un periodista radial (Joaquin Phoenix), que mientras trabaja en su nuevo proyecto, un podcast donde entrevista a chicos comunes, tiene que hacerse cargo de su sobrino mientras su hermana intenta ayudar a su pareja, que atraviesa problemas de salud mental. El periodista, que atraviesa una profunda crisis tras separarse, comienza cuidando al muchacho a regañadientes, pero empezará a estrechar su relación con su sobrino, un niño muy sensible que se esconde tras una gran inteligencia.
La última novedad de la cartelera es una de terror, “Jack en la caja maldita”, cinta que relata lo que ocurre cuando una vieja caja de juguetes es descubierta y se abre: entonces, sus nuevos propietarios tienen una razón para creer que el espeluznante muñeco de payaso que lleva dentro tiene vida propia...
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