Efemérides

Edición Impresa

 

⏳.- 24 DE MAYO DE 1916

Inauguración de la torre de los ingleses de Buenos Aires: situada en la plaza Fuerza Aérea Argentina (antigua plaza Británica), fue construida por residentes británicos en capital federal. Tras la Guerra de las Malvinas en 1982, fue rebautizada con su nombre original “Torre Monumental”, aunque algunos ciudadanos siguen refiriéndose a ella con el nombre «Torre de los Ingleses».

⏳.- 24 DE MAYO DE 1999

¿Refugiados de Kosovo?: dos jóvenes sorprendieron a algunos peatones que caminaban por diagonal 80 cuando interrumpían su paso para pedir dinero en un inglés con un acento marcado. Alto y delgado, con cabello castaño, ojos azules y tez muy blanca uno; bajo y morocho, el otro, explicaban con dificultad que venían de la zona de Kosovo y no tenían “para comer”. Muchos de los platenses que se encontraron con esa escena, desconfiaron. Motivos tenían. A los pocos días que se inició la guerra de los Balcanes comenzaron a proliferar en distintos puntos de La Plata hombres y mujeres que, amparados en un cartel escrito en un mal castellano, se hacían pasar por refugiados kosovares para solicitar ayuda económica, según contaron comerciantes y vecinos de varios barrios de la Ciudad. El caso de la dupla mencionada inicialmente, ninguno de los dos hablaba una palabra de nuestro idioma y sólo el menor de los jóvenes se manejaba con el inglés y mostró conocimientos de francés. Entre ellos se comunicaban en una lengua que efectivamente no era ninguna de las que se hablan en Europa occidental. De acuerdo a lo poco que relataron, era su segunda jornada en esta ciudad. Provenían de una pequeña ciudad de Bosnia-Herzegovina llamada Cosice. Aclararon que no eran kosovares albaneses, sino serbios que no aguantaron la repercusión de los bombardeos ni el hambre. La mirada de ambos transmitía la resignación de dos jóvenes que se encontraban de un día para el otro en una ciudad absolutamente extraña. Por la vestimenta -jeans, camperas y botas tipo borceguíes -podrían haber sido un par de platenses que apenas alcanzaban los 20 años, si no fuera porque en ambos se notaba una gran desorientación. “¿Dónde queda el Atlántico?”, fue una de las pocas preguntas que hizo el que se arreglaba con el inglés. Cuando supo la distancia, no pudo disimular la decepción. Con un “sí” cortante respondió cuando se lo interrogó sobre la idea de ir hacia algún sitio de la costa atlántica. Dijeron que formaban parte de un contingente de cuatro familias serbias que huyeron de las miserias de la guerra.

 

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