“22 minutos muerta”: un crudo relato y una enseñanza
Edición Impresa | 25 de Agosto de 2022 | 02:51

El domingo pasado tras recorrer los 21 kilómetros de la Media Maratón de Buenos Aires en poco menos de una hora y media, la corredora chilena Manuela Bugueño Ipinza (30) cruzó la meta, miró el reloj para confirmar su tiempo y se desplomó. Lo que siguió fueron veintidós dramáticos minutos en los que estuvo muerta y que tuvieron un final feliz gracias a la oportuna maniobra de reanimación cardiopulmonar que recibió.
“Fueron 22 minutos de masaje cardíaco y de desfibrilación. O sea, como que en el fondo estuve 22 minutos muerta y después me trasladaron muy rápido al hospital. Lo último que me acuerdo es que me desvanecí y luego me desperté en la sala de emergencias del hospital”, relató ayer la fondista al diario La Nación.
“Crucé la meta, me desvanecí y me entendieron al tiro. Eso fue lo que en verdad me salvó la vida, porque si no hubiera estado todo el equipo de emergencia, que estaban encargado de esto, yo no estaría contando esto. Esto es de verdad, porque fue todo muy rápido, un muy buen equipo, me hicieron muy buenas compresiones. Fue un muy buen trabajo”, dijo la joven al rememorar la dura experiencia que vivió.
Bugueño Ipinza, que participa de este tipo de competencias desde hace cinco años, perdió el conocimiento frente al puesto sanitario de la Cruz Roja ubicado en la meta, un detalle que resultó crucial. “En menos de dos minutos nos pusimos a trabajar en recuperación cardiovascular pulmonar”, contó el cardiólogo Roberto Campos, responsable del equipo de prevención contratado para la carrera, que contaba con un desfibrilador.
En los episodios de muerte súbita, como el que sufrió la atleta -coinciden en señalar especialistas- las chances de sobrevida están directamente relacionadas con la rapidez con que se le realiza a la persona caída una maniobra de reanimación.
SEÑALES DESATENDIDAS
La muerte súbita causa más 40 mil muertes al año en la Argentina, lo que equivale a 100 casos diarios, según datos oficiales del Ministerio de Salud.
Los síntomas “más contundentes” para tener en cuenta son “el dolor de pecho, incluso hasta una semana previa al evento, la falta de aire y los mareos intensos”, explica el especialista en Cardiología Fernando Scazzuso.
Dado que las autopsias de las personas con muerte súbita “demuestran la presencia de enfermedad cardíaca entre el 80% y 90% de los casos”, queda claro que “la muerte súbita no se da en personas sanas, sino en personas con enfermedad cardíaca no conocida antes de que ocurra el evento”, explicó el especialista.
En más del 80% de los casos hubo señales previas que no fueron atendidas o factores de riesgo que no fueron detectados a tiempo por falta de controles.
“Una persona que se siente bien y no tiene síntomas se considera sana, lo cual no es estrictamente cierto”, sostiene Scazzuso, quien resalta que la presencia o ausencia de síntomas “no define ausencia o presencia de una enfermedad”.
Al recabar información sobre las personas que fueron reanimadas, “se encuentra que han tenido síntomas previos que desestimaron”, coincide en señalar el cardiólogo Daniel Corsiglia, miembro de la Federación Argentina de Cardiología (FAC).
Por este motivo, la consulta rápida hospitalaria es fundamental cuando aparece “un dolor que se presenta desde la comisura labial a la cintura y la persona desconoce el origen. Además es un dolor distinto, opresivo, gravativo -como una presión- que aparece en relación con el ejercicio o en el reposo sin razón que lo justifique”, describe el médico.
En estos casos “no hay que minimizar los síntomas y se debe asistir a un centro hospitalario, ya que si el dolor es de origen coronario, las arritmias graves ocurren en las primeras dos a cuatro horas del comienzo del dolor”, precisa Corsiglia.
Debido a que el 70% de este tipo de muertes se producen fuera del ámbito hospitalario, “las estrategias para aprender RCP y uso de desfibriladores son fundamentales y habría que incorporarlas como un programa de Estado, ya sea a nivel municipal, regional y nacional”, sostiene el profesional.
Los cuadros agudos que preceden a la muerte súbita en muchos casos pueden ser revertidos si se cuenta con los recursos necesarios y quienes rodean al paciente saben cómo actuar y lo hacen a tiempo.
Además de iniciar la resucitación, se debe llamar al 107 para solicitar asistencia médica urgente,
En relación a la muerte súbita durante el entrenamiento deportivo, “hay una parte donde el deporte protege al corazón y una parte donde lo lastima, por eso se dice que tiene un comportamiento bimodal”.
“Depende de qué deporte o cómo lo hagamos, nos estaremos protegiendo o nos estaremos lastimando”, explica Scazzuso.
Entre los ejercicios protectores del músculo cardíaco, se encuentran aquellos que no demanden una frecuencia cardíaca de más de 140 o 150 latidos por minuto -en los adultos- y pueden realizarse “cuatro o cinco veces por semana, alrededor de media hora, actividades como caminar, trotar, andar en bicicleta o hacer natación”.
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