Impacto del estrés: es mayor en la mediana edad

Según un estudio, alcanza su punto máximo entre los 40 y los 60 años, momento en que también se duplican las chances de sufrir depresión y se incrementa el insomnio

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La mediana edad, un concepto que nació en los años ‘60 para describir el período de transición y autorreflexión que experimentan muchos adultos entre los 40 y los 60 años, resulta un momento clave también para el estrés: según un estudio es la etapa de la vida en que este factor alcanza su punto máximo.

El trabajo, desarrolado por investigadores de Estados Unidos, el Reino Unido y Singapur, concluye también en que durante esta etapa de la vida se duplican las chances de sufrir depresión. Pero no sólo eso: también detectaron que durante este lapso se incrementan las tasas de insonmnio, los dolores de cabeza y la ansiedad.

Los expertos determinaron que la edad en que las personas son más proclives a sufrir el mayor nivel de estrés es alrededor de los 45 años, cuando se sienten “abrumados por el trabajo”.

El estudio, que fue publicado por la Oficina Nacional de Investigación Económica de los Estados Unidos, se basó en la recopilación de datos durante varias décadas, de registros sobre salud y bienestar de medio millón de personas en Estados Unidos, el Reino Unido y Australia comparando la situación de los distintos grupos de edad.

Las conclusiones del trabajo sorprendieron, dado que la etapa de la vida que va de los 40 a los 60 años es vista como un momento en que “las personas deben estar disfrutando de los ingresos más altos de sus vidas, combinado ese factor con la falta de problemas de salud derivados del envejecimiento”.

Sin embargo, frente a las conclusiones obtenidas, los científicos determinaron que los datos que pudieron constatar pueden estar relacionados al menos parcialmente a que las personas sienten en esa etapa que no lograron alcanzar los que eran sus objetivos clave en la vida.

Los autores descartaron, además, que la paternidad sea un factor que favorezca esta situación, ya que la misma tendencia se observó en adultos de entre 40 y 60 años, con o sin hijos.

el estudio

Según indica el documento que publica las conclusiones del trabajo “hay patrones aproximadamente cuadráticos en forma de colina en los datos sobre el suicidio en la mediana edad, los problemas para dormir, la dependencia del alcohol, las dificultades de concentración, los problemas de memoria, la tensión laboral intensa, los dolores de cabeza incapacitantes, los sentimientos suicidas y la depresión extrema”.

Los autores del trabajo aclararon además que las personas de entre 40 y 50 años tenían el doble de probabilidades de reportar presiones de salud mental, infelicidad, o de experimentar depresión que las mayores de 60 y las menores de 25 años.

Osea Giuntella, de la Universidad de Pittsburgh, Sally McManus, de la Universidad de Londres, Redzo Mujcic, de la Escuela de negocios de Warwick, Andrew J. Oswald, de la Universidad de Warwick, Nattavudh Powdthavee, de la Universidad Tecnológica de Nanyang, y Ahmed Tohamy, de la Universidad de Oxford encontraron que el riesgo de suicidio alcanzó su punto máximo aproximadamente a principios de los años 50.

Determinaron además, que esto fue un poco más temprano en el caso de las mujeres que en el de los hombres.

Asimismo, hallaron que las admisiones hospitalarias por trastornos del sueño muestran un pico en la etapa de la vida de las personas analizada y tanto hombres como mujeres de mediana edad informaron la menor cantidad de horas de sueño por noche, incluso para aquellos sin hijos.

Los dolores de cabeza incapacitantes, un indicador de depresión y ansiedad, también alcanzan su punto máximo en la mediana edad, según describe otro estudio realizado sobre 18.000 personas.

Para algunos expertos una vez cubiertas las necesidades económicas básicas, los ingresos económicos parecen dejar de tener tanto peso en la percepción del propio bienestar .

En cambio, otros factores, como los objetivos de vida que permanecen incumplidos, pueden empezar a entrar en juego y favorecer el estrés.

Con todo, otros especialistas destacan que, pasada esa edad, la tendencia cambia: según otro trabajo realizado en 2020, después de caer en la mediana edad, la felicidad vuelve a subir a medida que las personas envejecen.

Ese trabajo plantea que los adultos mayores de 70 años son tan felices como alguien de 20 años.

 

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