El malestar se respira por lo bajo

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Algunos intendentes peronistas del Conurbano empiezan a animarse a contarlo en privado. Casi una confesión en medio del hermetismo con el que suelen manejarse esta cuestiones, más aún cuando está en juego la figura de Máximo Kirchner. En el poder territorial del PJ bonaerense alumbra cierta desilusión con el presidente del partido, un cargo al que accedió, justamente, por impulso de algunos de estos mismos alcaldes. El lamento tiene que ver con que, a juicio de los quejosos jefes distritales, el hijo de la vicepresidenta no le habría dado la impronta que prometió a la estructura partidaria. “El partido está dormido”, redondean el reclamo con tono. Acaso ese malestar haya conducido a la reunión que hace algunas horas se convocó en Lomas de Zamora a la que asistió Máximo. El partido recién se reunió hace algunas semanas en medio de la acusación del fiscal Luciani a Cristina Kirchner. Hay quienes empiezan a ver con preocupación que el PJ muestre cierta lejanía con una situación social muy compleja que, justamente, impacta sobre los territorios que manejan los intendentes. Otro asunto de debate que se desarrolla también en voz baja tiene que ver con el futuro político de Máximo. ¿Será candidato en Santa Cruz como comenzó a trascender? Y si es así, ¿dejará de “garpe” a los intendentes que le abrieron de par en par las puertas en la Provincia?

 

 

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