El género de no ficción se impone en Argentina
Edición Impresa | 29 de Octubre de 2023 | 05:55

Santiago Rey, organizador del Festival Iberoamericano de Periodismo Narrativo, destacó la implicancia del género de no ficción a nivel nacional y ejemplificó con “algunos textos de la independencia, pasando por textos de las guerras intestinas antes de la consolidación nacional”, que pueden leerse en esa clave, hasta el presente con un panorama de gran producción de este formato periodístico.
“Ya en el siglo XX, por supuesto que es fundante el trabajo de Rodolfo Walsh con Operación Masacre, y luego Tomás Eloy Martínez, por citar solo algunos, y en las últimas décadas, el trabajo de muchísimos cronistas, por mencionar solamente tres que tienen mucha vigencia y actualidad y que son referencias ineludibles. Leila Guerriero, Martín Caparrós y Cristian Alarcón componen una tríada muy importante de lo que es el periodismo narrativo en nuestro país y que es, digamos, heredero de todas estas otras tradiciones”, plantea Rey.
En un contexto de explosión de formatos y variedad de géneros, la periodista Sonia Budassi dice que “dar un panorama exhaustivo” sobre la no ficción en Argentina “es difícil porque, por suerte, se produce y se publica mucho (y se podría publicar más si las condiciones materiales de la industria no fuera tan difíciles)”.
“Además son varios los géneros y los híbridos que caen bajo la categoría de no ficción. Hay muchos textos que tienen una innegable vocación narrativa y cuando esto se logra, generando más preguntas que respuestas -lo cual no implica denostar el dato, para nada- nos encontramos, en mi opinión, ante algo verdaderamente interesante, es decir, literatura de no ficción”, explica Budassi.
Pero hay que separar la paja del trigo: “A veces veo tendencia a narrar por narrar y no es algo necesario o interesante cuando las anécdotas resultan banales; cuando no tienen capas de sentido ni hablan de temas profundos o universales que pueden expresarse a partir de detalles. Narrar sin un objetivo resulta un gesto vacío. En esos casos, prefiero el periodismo “puro y duro”, o sea, el registro convencional con información austera sin florituras narrativas si no están justificadas”, distingue la periodista.
Desde su perspectiva, la producción de la crónica y del ensayo personal están creciendo en caudal. “Los temas siguen siendo muy variados como ha sucedido históricamente, en mi opinión, en Argentina; van desde perfiles bien logrados de políticos, a reconstrucciones de eventos históricos o historias alrededor de la riqueza y la desigualdad”.
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